jueves, 07 de enero de 2010 - 18:17

¿Y si cuidamos a los ídolos?

Editorial Julio Jardel. La conflictiva desvinculación del uruguayo Santiago Silva de Banfield, rodeada de un sinnúmero de apariciones mediáticas del presidente de la institución, Carlos Portell, con frases bastante desafortunadas y agresivas para el goleador del Taladro, no hacen más que hacernos reflexionar sobre una cuestión que se reitera: la dirigencia no cuida lo suficiente a los ídolos.

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Ocurrió tiempo atrás con Jose Luis Garrafa Sánchez, algo que los banfileños no olvidarán jamás. En lugar de haberse despedido del club con todos los honores y reconocimientos, los dirigentes lo dejaron ir de la peor manera imaginable: por la puerta de atrás, sin la despedida de los hinchas que lo idolatraron, a los cuales había regalado todo su potrero y su magia inigualable.\n\nIdolos consagrados como Garrafa, ídolos recientes como el uruguayo, referentes del club que no pudieron llegar a la categoría de ídolos porque la voracidad dirigencial no les permitió jugar más tiempo, a todos ellos los dirigentes tendrían que aprender a cuidarlos de otra manera.\n\nEstoy convencido que a Silva habría que haberlo retenido, era fundamental de cara al futuro, para potenciar lo logrado y poder revalidarlo. Comprar al uruguayo considero hubiera sido una excelente inversión, por lo que representa futbolísticamente en el mejor momento de su carrera, y por lo que significaba en el ida y vuelta con la gente seguir contando con el goleador.\n\nEs cierto que en una negociación el jugador defiende su bolsillo, su futuro, su actualidad que cotiza con goles - ¿cuánto menos que Silva cuesta en el mercado un goleador con el presente del uruguayo?-, y el club debe defender su patrimonio. Y en ese tira y afloje, es claro que cada parte tiene diferentes intereses. Y el arte de la negociación pasa porque cada parte ceda en algún momento su requerimiento de máxima. Y Silva y su representante fueron por la de máxima y no se bajaron de ahí: su presente futbolístico tenía que hacerlo valer. Es absolutamente entendible.\n\nLo que de ninguna manera comparto es la expresión de Portell, que afirmó que Silva “pretendía que le compremos el pase y eso sería hipotecar el club”. Si para Portell, comprar el pase de Silva sería “hipotecar el club”, ¿por qué aceptó vender a James Rodríguez al Udinese de Italia en 3 millones de dólares por el 50 % del pase, de acuerdo a lo que se trató en Comisión Directiva? ¿Eso es defender el patrimonio del club? ¿Con los millones de dólares que ingresaron en las últimas temporadas por las sucesivas ventas, no se podía haber invertido parte de ese dinero para retener a un jugador clave? A no olvidarse que ya se vendieron a Paletta, Datolo, Civelli, Cvitanich, Armenteros, Barbosa, el Chaco Maidana, y tantos más…\n\nHay que tener en cuenta que Silva no fue uno más en el Banfield campeón. Fue su jugador más determinante. Es cierto que respaldado por un buen funcionamiento colectivo, pero el uruguayo individualmente resolvió y abrió muchos partidos.\n\n“Hicimos todo para que se quedara con nosotros, pero la institución no puede comprar tan caro un jugador de su edad y más con un contrato muy alto. Silva fue importante pero no hay nadie imprescindible. Ni el presidente, ni el técnico ni el goleador", dijo Portell. Es cierto que nadie es imprescindible, pero es evidente que hay quienes gravitan más o menos en un campo de juego, y Silva hizo la diferencia con sus 14 goles que llevaron al Taladro a su primer título en Primera División.\n\nPortell equivocó el camino al dar a conocer cifras de lo que pretendía cobrar Silva, haciendo públicos números que debían haber quedado en una negociación privada. No es de buen gusto señalar lo que gana cualquier futbolista, con cifras que están a años luz de lo que gana cualquier trabajador.\n\n“Este tarde (por el lunes 4 de enero) hablé con él por primera vez después de 20 días y me dijo que quería que le compráramos la totalidad del pase en 2.500.000 dólares y un sueldo anual de 450.000, con un contrato por tres años", puntualizó.\n\nBanfield le habría ofrecido al representante de Silva, Pablo Betancourt, además de comprarle a Vélez el 50 por ciento del pase en 1.250.000 dólares, un contrato por tres temporadas a cambio de 300.000 anuales.\n\nOtra declaración a mi juicio errónea de Portell fue cuando afirmó que “el mejor año de él fue en Banfield, si uno se remonta a los años anteriores no había descollado. Esperemos que tenga suerte al equipo que vaya y repita el 2009 y no los años anteriores". Nadie duda que el uruguayo tuvo su mejor temporada, pero ¿era necesario esta suerte de descalificación del presidente al goleador? ¿Si tenía tan flojos antecedentes, por qué entonces Banfield fue a buscarlo?\n\nFinalmente, Portell dijo que “Silva tuvo un desaire muy importante para el club, para su técnico y sus compañeros, debería haber contestado. Con la llegada de Ramírez completamos los delanteros. Está Salmerón que no pudo hacer la pretemporada pasada y en quien confiamos mucho, y además hay muy buenos chicos de inferiores. Además, ya tenemos en el plantel a Rubén Ramírez, que si repite lo que hizo cuando estuvo en Colón, muy pronto hará olvidar a Silva".\n\nEsta última frase está fuera de lugar. Ningún hincha de Banfield olvidará a Silva, su aporte fue grandioso para el título conseguido. Por más que Ramírez – que viene de fracasar rotundamente en Racing – convierta muchísimos tantos (ojalá sea de esta manera), el uruguayo estará metido bien adentro del corazón del hincha por siempre.\n\nInsisto en lo mismo: comprar a Silva hubiera sido clave. Y el monto por la totalidad de su pase no me parece inalcanzable, si se manejaran adecuadamente las finanzas del club. ¿O no se piensa en el dinero que Silva, gracias a sus goles, ayudó a conseguir para el club por el solo hecho de disputar la Copa Libertadores de América? ¿Y si pensamos en las tantísimas ventas realizadas, no quedó dinero para retener al goleador? ¿Y si pensamos en los socios que llegaron al club de la mano de esta campaña, en la que Silva tanto tuvo que ver? ¿No se tiene en cuenta que el dinero que ahora ingresa por la televisación del “Fútbol para todos” es mucho mayor a lo que ingresaba anteriormente?\n\nTiempo atrás, Banfield supo dar un salto de calidad de la mano de Julio César Falcioni. Cuando finalizó su segundo año de contrato, tras una ardua negociación, el técnico decidió no renovar el vínculo con la institución. Y Portell, igual que ahora con Silva, no evitó declaraciones descalificantes para Falcioni.\n\nEsa pelea que se generó, evitó el regreso de Julio César por algunas temporadas, en las que Banfield lo extrañó enormemente. Afortudamente, el Emperador volvió y logró el título histórico.\n\nOtra pelea con un ídolo fue la protagonizada por el propio Portell y el Gatito Leeb. ¿Todas casualidades? ¿La responsabilidad siempre es de la persona que se sienta del otro lado en la negociación?\n\nBanfield perdió a Silva, los dirigentes dicen haber hecho todo por retenerlo, yo pienso que se debió haber hecho un esfuerzo más para seguir contando con el u-ru-gua-yo, para seguir soñando con alimentar los sueños y las ilusiones deportivas.\n\nEs el momento de aprovechar el éxito deportivo conseguido gracias al aporte de todos (oficialismo, oposición, jugadores, cuerpo técnico, socios e hinchas) para pensar en un crecimiento sustentable en el tiempo. Ojalá todos lo entiendan, pero estas primeras señales – no continuidad de Silva y la salida de James a mitad de año - no son alentadoras.