HISTORIA

En la segunda mitad de la década de 1880, numerosas familias de origen anglosajón se radicaron en el pueblo de Banfield, situado a 14 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires. Estas familias, con sus casas al estilo de las villas inglesas y su dinámica social victoriana, le dieron al suburbio un perfil netamente británico. El 21 de enero de 1896, un grupo de profesionales y comerciantes ingleses residentes en Banfield decidieron fundar un club al que bautizaron con el nombre del pueblo. Este nombre respondía al de la estación del ferrocarril, establecida en 1873 en honor a Edward Banfield, primer gerente de la empresa Gran Ferrocarril Sur. A la cabeza del grupo de fundadores estaban Daniel Kingsland y George Burton, primeros presidente y vice. Kingsland era exportador de ganado a Gran Bretaña y Burton un contador graduado en Cambridge.
El club nació como una institución destinada a cumplir un rol social por encima de lo deportivo y como partido inaugural el 26 de enero se disputó un encuentro de cricket, deporte del que era fanático el presidente Kingsland. La primera cancha del club fue un descampado destinado al pastoreo ubicado a dos cuadras al norte de la estación del ferrocarril, junto a las vías sobre el lado este.
Mientras Kingsland fue presidente, en lo deportivo le dio prioridad al cricket y el fútbol quedó relegado a un segundo plano, lo que explica las pobres actuaciones de los equipos del club en los campeonatos de fútbol de 1897 y 1898. Hasta que en 1899 lo reemplazó el contador Alfred John Goode, un amante del fútbol. En 1899 se disputó el primer campeonato de fútbol de Segunda División en la Argentina, el cual Banfield ganó aventajando por un punto al equipo de la English High School de Alejandro Watson Hutton. Esta conquista convirtió a Banfield en el único club de los que actualmente militan en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que fue campeón en el siglo XIX. Sus jugadores eran todos nacidos en Gran Bretaña menos el centre half y capitán James Doods Watson, argentino, nacido en Buenos Aires.
Al año siguiente, como no existían aun los ascensos, Banfield volvió a consagrarse campeón de Segunda División. Esta vez llegó invicto a la conquista, de la mano de los goles de Edward “Invencible” Potter, de las gambetas de Charles Douglas Moffatt, del capitán Doods Watson, y el aporte del presidente Goode en el arco. Por distintas razones, el club comenzó a decaer a partir de 1901, hasta que en diciembre de 1904 fue reorganizado después de que todos sus bienes fueron liquidados para hacer frente a una irremediable quiebra. A partir de este momento crece definitivamente la figura de George Burton, otro verdadero amante del fútbol, quien presidió casi ininterrumpidamente al club hasta su muerte en 1928.
En 1908 el primer equipo del club, que jugaba en Tercera División, ganó el campeonato en forma aplastante. Esta alineación fue la base del excelente equipo de Segunda División de los años posteriores, ciclo que terminó en las semifinales por el ascenso a Primera División en 1910. En diciembre de 1910 el Banfield de William Peterson, Rogelio Jacobelli, Amador García, Carlos Galup Lanús y Bartolomé Lloveras, enfrentó dos veces al Racing Club de Juan Natalio Perinetti, Alberto Ohaco, Romeo Seminario y Pablo Frers por un lugar en la final por el ascenso. El primer partido terminó sin goles. En el segundo encuentro, a 30 segundos del final de los 30 minutos de suplementario, Racing logró el gol del triunfo. El equipo de Banfield se disolvió. El de Racing venció a Boca Juniors en la final y dominó durante una década al fútbol argentino convirtiéndose en el sucesor de Alumni.
Con un equipo totalmente nuevo, Banfield se fue al descenso en 1911. Pero conducido por el capitán Adolfo Pellens, en 1912 ganó el campeonato de la tercera categoría asegurándose así el retorno. No obstante, una reestructuración de los torneos a raíz de la primera escisión en el Fútbol Argentino, lo catapultó a la Primera División sin escalas.
El primer equipo de Banfield hizo excelentes campañas en 1913 y 1914, pero a partir de este año en el que comenzó la Primera Guerra Mundial, sus performances comenzaron a decaer por que muchos de sus jugadores que eran de origen británico, se enrolaron en las fuerzas armadas del Reino Unido y marcharon al frente de batalla en Europa.
En 1917 el equipo perdió la categoría pero dos años después volvió a ganar el derecho a jugar en Primera División al consagrarse campeón de Segunda en 1919 venciendo al desaparecido club Del Plata en la final.
Recién ascendido, Banfield fue subcampeón de Primera División en 1920 detrás de Boca Juniors. En 1920 Banfield ganó el torneo Copa de Honor al vencer en la final a Boca Juniors por 2 a 1. Hasta el momento, este es el único título que Banfield obtuvo en Primera División a lo largo de su historia. El plantel albiverde que venía jugando desde 1917 se desarmó en 1922 y la calidad del juego de los equipos del club decayó notoriamente en los años posteriores. George Burton permaneció en la presidencia de la institución hasta su fallecimiento en junio de 1928.
George Burton había presidido al club durante más de 20 años con una actitud paternalista, cultivando y apoyando fervorosamente el espíritu amateur del deporte. Su muerte produjo en la institución un enorme vacío de poder que lo sumergió en una crisis institucional y deportiva durante una década. En 1931 un grupo de clubes -encabezados por los de mayor convocatoria- decidió profesionalizar el fútbol, lo que en definitiva significó blanquear la situación y poner fin al “amateurismo marrón” o profesionalismo encubierto. Banfield fue invitado a participar de la Liga Profesional pero sus dirigentes, entendiendo erróneamente que el profesionalismo iba a fracasar a corto plazo, optaron por seguir participando en los campeonatos amateurs. Inmediatamente, los jugadores de Banfield recibieron ofertas de los clubes de la Liga Profesional y se marcharon.
Con un plantel diezmado, Banfield participó de torneos intrascendentes hasta 1934. En 1935 se organizó la actual Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y Banfield fue destinado a la Segunda División. Sus campañas fueron extremadamente pobres, el público lo había abandonado, los socios eran menos de 300 y en 1938 terminó último en la tabla de posiciones perdiendo la categoría.
A fines de 1938 un grupo de socios le propuso al joven empresario Florencio Sola hacerse cargo de la presidencia de Banfield. El momento era el peor: sin equipo y sin socios, el club estaba al borde de la desaparición, pero Florencio”Lencho” Sola aceptó el desafío. Aprovechando que el club Estudiantil Porteño (que jugaba en Segunda División) se había desafiliado de la AFA, Florencio Sola evitó que Banfield actuara en Tercera División. Para afrontar el campeonato de 1939 obtuvo el préstamo de muchos jugadores que eran suplentes en Primera y armó un equipo de gran calidad que se consagró campeón obteniendo el derecho a jugar en la división mayor.
En 1940 Florencio Sola renovó totalmente al equipo. Con jugadores como Rafael Sanz, Eduardo Silvera, Juan Bautista Busuzzo, Alfredo De Terán, Armando Farro y otros, Banfield hizo una sorprendente campaña y atípica para clubes recién ascendidos, por lo que el diario “El Pampero” bautizó al equipo con el nombre de “El Taladro”, apodo que pasó a la historia como el seudónimo oficial de la institución. En 1941 Banfield fue sancionado con la quita de 16 puntos al comprobarse un intento de soborno, pero luego de una campaña heroica, el Taladro se salvó del descenso en la última fecha, derrotando y condenando a Rosario Central a jugar en Segunda División.
Luego de aceptables campañas en 1942 y 1943, Florencio Sola fue inhabilitado de por vida en 1944 al comprobarse un tercer soborno (el primero había sido en 1939). No se aplicaron sanciones deportivas para el club, pero el plantel sufrió notables bajas y el equipo se fue al descenso. La presidencia fue ocupada por el militar José Agulla en 1945, año que hizo una buena campaña en Segunda División, pero tras una crisis institucional a fines de ese año, asumió la presidencia Remigio Sola, hermano de Florencio. Presidido por Remigio Sola, el club armó un poderoso equipo para la temporada 1946, que ganó el campeonato en forma aplastante, con una campaña récord que tuvieron que pasar más de cuarenta años para que sea superada.
En 1947 Banfield jugó en Primera División con prácticamente el mismo equipo que había sido campeón de Segunda y se salvó del descenso en las últimas fechas. Como Florencio Sola había sido amnistiado por la AFA, reasumió la presidencia en 1948 y armó un nuevo equipo con muchas figuras. Pero estas estrellas no brillaron y el club volvió a zafar del descenso sobre el fin del torneo. A cinco fechas del final de la temporada 1948, estalló una huelga de jugadores y todos los clubes debieron terminar el torneo presentando equipos formados por juveniles. El equipo albiverde estuvo a cargo de Renato Cesarini como director técnico y obtuvo nueve de los diez puntos posibles, alejando así a Banfield del descenso (luego el descenso fue suprimido por el irregular final del campeonato).
Entre estos juveniles (Héctor D’Angelo, Osvaldo Ferretti, Ernesto Alvarez, Nicolás Moreno y otros) estuvieron muchos de los futbolistas que fueron tenidos en cuenta a partir de 1949, cuando Emilio Baldonedo asumió como director técnico y armó un nuevo equipo basado en la experiencia de Luis Angel Bagnato y Gustavo Albella más la capacidad de Eliseo Mouriño. El conjunto de Baldonedo terminó décimo en 1949 y séptimo en 1950. En 1951, con José Ildefonso Martínez y Félix Zurdo en la dirección técnica, ocupó el primer puesto pero debió desempatar con Racing Club aunque aventajaba a éste en diferencia de gol y partidos ganados. Las dos finales se jugaron en la desaparecida cancha de San Lorenzo (conocida como “El Gasómetro”). La primera terminó empatada sin goles y en la segunda Racing se impuso por la mínima diferencia. Presentando casi el mismo equipo, Banfield ocupó el quinto puesto en el campeonato 1952.
En 1953 Eliseo Mouriño fue adquirido por Boca Juniors, lo que resintió notablemente la estructura de la alineación del Taladro: al año siguiente terminó último y descendió a Segunda División. Después de siete años, Florencio Sola no quiso continuar al frente del club y en 1955 se realizaron elecciones presidenciales por primera vez en la historia de la institución. Se enfrentaron las listas presentadas por las agrupaciones “Tradicionalista” y “Mr. Burton”, imponiéndose la primera.
Los duros enfrentamientos entre estas dos agrupaciones -que se extendieron hasta fines de 1958- tuvieron como saldo una única víctima: el club. Esto se reflejó en equipos que realizaron campañas irregulares y que nunca llegaron a pelear seriamente por el campeonato, a pesar de contar con jugadores de gran calidad como Raúl Graziolo, Antonio Villamor, Norberto Boggio, Tomás Anglese y Federico Rickens. Lo más destacable en estos años estuvo en las divisiones inferiores, donde un equipo fue campeón de sexta, quinta, cuarta y reserva entre 1955 y 1958, del cual surgieron valores como el goleador Luis Suárez, Oscar Calics y Ezequiel Llanos.
Convocado por la Agrupación Tradicionalista, el ex presidente de la AFA, Valentín Suárez, asumió la presidencia del club a fines de 1958. Dado que la desilusión era el sentimiento predominante en una hinchada que había dejado de ir a alentar al equipo, para el campeonato 1959 Valentín Suárez armó un equipo con jugadores de primera división, en su mayoría veteranos. Pero aunque terminó puntero la primera rueda, este “equipo de estrellas” no logró su gran objetivo que era el ascenso.
A partir de 1960, conducido por Benicio Acosta pero también con el aporte de los grandes conocimientos de fútbol que tenía Valentín Suárez, comenzó un proceso que condujo al ascenso tras una gran campaña en 1962. La llegada de jugadores de la calidad de Ediberto Righi, Norberto Raffo, Oscar López, Luis Maidana y Roberto Zárate, que se complementaron con elementos formados en el club como Adolfo Vázquez, Oscar Calics y Ezequiel Llanos, dio forma a un notable equipo que fue tercero en 1960, segundo en 1961 y primero en 1962.
A partir de 1963 comenzó un período de 16 temporadas en las cuales Banfield permaneció en Primera División con excepción del año 1973. En los primeros cuatro años el Taladro hizo excelentes campañas, terminando séptimo en 1963 y en 1964. Lentamente el plantel se fue renovando. Así llegaron jugadores como Julio San Lorenzo, Anacleto Peanno, Diego Bayo, Nelson López, Rubén Hugo Bertulesi y José Francisco Sanfilippo. Es en 1967 cuando las actuaciones de Banfield comenzaron a declinar aunque vistieron la camiseta albiverde jugadores de gran calidad, como Jorge Carrascosa, Rubén Flotta, Daniel Cantero y José Manuel Ramos Delgado. En 1969 eludió el descenso a Segunda División luego de ganar un cuadrangular reclasificatorio, pero en 1972 no pudo evitar la pérdida de la categoría. De todos modos el Taladro tardó solo un año en volver a la división mayor. Conducido por la dupla integrada por Oscar López y Oscar Cavallero, el Banfield de Ricardo La Volpe, Hugo Mateos, Silvio Sotelo, Eduardo Pipastrelli y Juan Alberto Taverna se consagró campeón de “Primera B”(Segunda División) en 1973.
Al retornar a Primera, con el paso de los años la actuación del Taladro fue de menor a mayor llegando a un pico de rendimiento en el campeonato Nacional 1976. Con Adolfo Pedernera en la dirección técnica, este equipo contaba con una notable delantera integrada por Félix Lorenzo Orte, Roberto Sacconi, Pedro Raúl Gómez Vila, Miguel Angel Corvo y Miguel González. Pero la alegría duró muy poco, debido a que luego de una discreta campaña en 1977 la actuación del Taladro fue muy pobre durante 1978 y luego de perder un desempate por el descenso ante Platense, volvió a perder la categoría.
En 1979 se inició una de las etapas más opacas en lo que se refiere al fútbol de Banfield. Fueron 14 años en los que su hinchada sólo pudo ver una temporada a su equipo mezclado entre los grandes del fútbol argentino. Incluso en 1980 evitó jugar en la tercera categoría en la última fecha del campeonato.Poniendo fin a un lustro de campañas en las que estuvo cerca de los primeros puestos pero que nunca peleó fehacientemente por el campeonato, en 1985 llegó al club el director técnico Angel Cappa (vinculado a César Luis Menotti y Jorge Valdano), quien armó la base del equipo que ganó el octogonal de ascenso en 1987. Este equipo estuvo integrado por jugadores experimentados (Héctor Clide Díaz, José Luis Zuttión, Félix Lorenzo Orte), juveniles surgidos en las divisiones inferiores del club (Horacio García, Marcelo Benítez, Daniel Aquino) y hay que destacar a dos jugadores uruguayos : Miguel Robinson Hernández y Rubén Solari, quienes habían llegado junto a Hebert Birriel.
Con Héctor D’Angelo como director técnico, este equipo jugó un fútbol muy vistoso para la categoría, basado fundamentalmente en la calidad técnica de sus integrantes, lo que quedó demostrado cuando al clasificar para la Liguilla Pre-Libertadores venció en cancha de Huracán por 1 a 0 al Independiente de Ricardo Bochini, Claudio Marangoni, Néstor Clausen, Luis Islas y muchos otros grandes jugadores del rojo de Avellaneda. Pero el equipo fue prácticamente desarmado apenas logrado el ascenso y al cuerpo técnico no se le renovó el contrato. El plantel para jugar en Primera fue armado con criterios que dejaron mucho que desear: por ejemplo, la dirección fue encomendada a un cuerpo técnico sin experiencia. Apenas jugadas las primeras fechas era evidente que Banfield estaba condenado al descenso. En la segunda rueda volvió Angel Cappa pero ya era demasiado tarde para apagar el incendio En síntesis, en Segunda División Banfield había tenido un equipo de Primera División, pero al jugar en Primera presentó un equipo de Segunda.
En los años posteriores, aunque perdió una final por el ascenso, las actuaciones de Banfield en Segunda División tuvieron poco para rescatar.
Con un anciano Valentín Suárez nuevamente como presidente del club, para la temporada 1992/93 se renovó completamente el plantel. La dirección técnica fue encomendada a Carlos Babington y llegaron muchos jugadores, entre ellos Gabriel Puentedura, Fabio Lenguita, Ivar Stafuzza y Héctor Herrero, quienes se sumaron a los que quedaron de la “depuración”, entre ellos Juan Carlos Roldán, Daniel Delfino, Raúl Wensell y dos juveniles que explotaron durante el desarrollo de este torneo: Javier Sanguinetti y Jorge Jiménez.
A pesar de contar con un plantel que sobresalía entre los demás, el camino al título no fue fácil y fue necesaria una final en Córdoba ante Colón de Santa Fe en la cual hubo que definir el ascenso con penales.
Nuevamente en Primera División, la dirección técnica volvió a estar a cargo de Oscar López y Oscar Cavallero. Otra vez se renovó el plantel y llegaron jugadores de gran jerarquía, como Oscar Acosta, Angel Comizzo y Juan José Rossi, pero la revelación del equipo y del torneo fue Javier Zanetti, procedente de un club vecino. La actuación de Banfield en este paso por Primera División fue de mayor a menor, decayendo a partir de la temporada 1995/96 hasta perder la categoría en 1997. No obstante, pasaron por las filas de Banfield jugadores de trascendencia internacional como Mauro Navas, Julio Cruz y Pablo Paz. Lamentablemente, las luchas políticas internas conspiraron para que Banfield celebrara sus 100 años de vida con una campaña que fuera un orgullo para todos sus hinchas: las malas administraciones condujeron al descenso convirtiendo un momento histórico en un “olvidable centenario”.
Con la intención de retornar rápidamente a Primera División, en 1997 se contrató al director técnico Patricio Hernández. Junto a él, llegaron muchos futbolistas de una calidad superior a la que predomina en Segunda División, pero nuevamente el mal desempeño de los responsables de la administración del Club incidió para que el proyecto fracasara y la institución se endeudara alarmantemente. En 1998 el empresario Carlos Portel llegó a la presidencia del club al imponerse en las elecciones sobre Horacio Sola -hijo de Florencio Sola- y encontró una institución con una situación terminal y anárquica en materia económica. Su gestión se caracterizó por la cautela y la moderación a la hora de administrar el presupuesto del fútbol profesional. Al finalizar su primer mandato, Portel había logrado reducir la millonaria deuda del club a la mitad. Como deuda pendiente quedó flotando el regreso a Primera División, lo que se constituyó en el principal blanco de la oposición. Durante su gestión los equipos banfileños se ajustaron estrictamente a lo que el club estaba en condiciones de ofrecer, lo que no resultó convincente para la masa de hinchas del Taladro a pesar de haber llegado, conducido por “Cachín” Blanco, a semifinales en 2000.
Para la temporada 2000/2001, la Comisión Directiva tomó la desición de mantener al cuerpo técnico, lo que fue resistido por el grueso de la parcialidad albiverde. Entre las incorporaciones realizadas, se destacó la del volante de creación y enganche José Luis “Garrafa” Sánchez. El equipo comenzó el campeonato en forma irregular, lo que acentuó las críticas a “Cachín” Blanco, quien renunció y fue reemplazado por “Mané” Ponce. Con el nuevo director técnico, el equipo inició una racha invicta que se extendió hasta el final del campeonato y venció en la final a Quilmes ascendiendo nuevamente a Primera División. El equipo de “Mané” tuvo como columna vertebral al arquero Cristian Luchetti, al marcador central Javier Sanguinetti, al volante José Luis “Garrafa” Sánchez y al delantero Carlos “Gatito” Leeb.
Luego de mantener la categoría en 2002 y 2003, con la dirección técnica de Luis Garisto y las destacadas actuaciones de José Luis Sánchez y Josemir Lujambio, en 2004 asumió el cargo de DT Julio Cesar Falcioni, y por medio de la promoción de jugadores como Daniel Bilos y Rodrigo Palacio, logró armar un plantel de primera línea y Banfield consiguió 62 puntos en la temporada, quedando tercero y clasificando a las copas internacionales. En la Copa Libertadores de 2005, con jugadores como Jorge Cervera y Antonio Barijho, pasó de ronda como 2° del grupo con 11 puntos, eliminó en Octavos de final a Independiente de Medellín con un global de 5-0 y cayó eliminado en Cuartos ante River, finalizando en el 7° puesto de la copa, alcanzando el lugar N° 23 del Ranking Mundial de Clubes de la FIFA.
Con el subcampeonato argentino del mismo año clasificó nuevamente a la Copa Sudamericana, ya con la dirección técnica de Carlos Leeb, dónde quedó eliminado en Octavos frente al Fluminense de Río de Janeiro, quedando 12°. Al final de la misma temporada, quedó 4° en la tabla general y volvió a entrar a la Copa Libertadores de 2007, eliminando por un punto a Lanus. En dicho equipo se destacaron Cristian Leiva, Renato Civelli y Gabriel Paletta.
En este período Banfield jugó 5 copas internacionales en 3 años, colándose entre los mejores 8 equipos del continente y vendiéndole jugadores a clubes europeos como Villareal, Anderlech, Olympique de Marsella y Liverpool. Dichas campañas también permitieron la construcción de las actuales plateas y del Microestadio frente a la Sede Social.
Luego de mantener la categoría en 2002 y 2003, con la dirección técnica de Luis Garisto y las destacadas actuaciones de José Luis Sánchez y Josemir Lujambio, en 2004 asumió el cargo de DT Julio Cesar Falcioni, y por medio de la promoción de jugadores como Daniel Bilos y Rodrigo Palacio, logró armar un plantel de primera línea y Banfield consiguió 62 puntos en la temporada, quedando tercero y clasificando a las copas internacionales. En la Copa Libertadores de 2005, con jugadores como Jorge Cervera y Antonio Barijho, pasó de ronda como 2° del grupo con 11 puntos, eliminó en Octavos de final a Independiente de Medellín con un global de 5-0 y cayó eliminado en Cuartos ante River, finalizando en el 7° puesto de la copa, alcanzando el lugar N° 23 del Ranking Mundial de Clubes de la FIFA.
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En este período Banfield jugó 5 copas internacionales en 3 años, colándose entre los mejores 8 equipos del continente y vendiéndole jugadores a clubes europeos como Villareal, Anderlech, Olympique de Marsella y Liverpool. Dichas campañas también permitieron la construcción de las actuales plateas y del Microestadio frente a la Sede Social.