Se viene quizás el partido más importante del año, no sólo porque el hincha de Banfield así lo sienta, sino sobre todo por la dramática situación que vive el equipo con el descenso, siendo el próximo partido clave en lo anímico para el futuro inmediato. Una victoria despejará fantasmas, pero una derrota hundirá más al equipo, no sólo en los números sino sobre todo en lo mental. Si el Taladro juega como lo hizo en el segundo tiempo ante River no sólo tiene posibilidades de ganarle a Lanús sino que además, de salvarse del descenso. Para que ello ocurra Falcioni debería animarse a poner al pibe Gerónimo Rivera desde el inicio. Se entiende que quiera llevarlo de a poco, pero cada vez que entra lo hace para salvar al equipo, nunca ganando 3 a 0 para que se luzca. La presión ya la absorbió ahora necesita más minutos en cancha. El partido contra Lanús es clave para que el pibe juegue desde el arranque, generará confianza en sus compañeros teniendo una carta ganadora, y preocupó a los rivales. Ante River fue desequilibrante en los últimos metros, lo que necesita el equipo. Aún restan varios días para que el Emperador se decida por el 11 titular, lo que sí está claro, es que será un partido bisagra, habrá un antes y un después del clásico, sobre todo si hay un resultado positivo para uno u otro. El empate, no definirá nada.