Hay
frases hechas en el fútbol que muchas veces se transforman en realidad.
Banfield jugo un gran primer tiempo, dominó de principio a fin pero no
convirtió, y cuando generás mucho y convertís, el rival termina haciéndolo en
el arco de enfrente. Eso le pasó al Taladro. Pareció que la cancha estaba
inclinada hacia la tribuna donde coparon los hinchas de Banfield. El Archu
planteó muy bien el partido y el mismo se jugaba en terreno tallarín. Entre
Cruz, Bertolo y Enrique desperdiciaron varias oportunidades muy claras,
inmejorables. Pero ellos corrigieron con cambios en el segundo tiempo y el
Taladro se quedó sin nafta física. Habían hecho el desgaste en la primera mitad
y luego no pudieron sostenerlo. Talleres presionó, emparejó la actitud en las
pelotas dividas y jugaba cada vez más cerca de Cambeses. Y fue un error en la
salida de Maciel que le terminó dando a Talleres a la inmerecida victoria. El
defensor falló en el despeje y Santos metía el 1 a 0 y definitivo gol con que
los cordobeses obtenían la clasificación a la final de la Copa. En los últimos
minutos Banfield fue con más ganas y empuje que buen juego, y tuvo algunos
rebotes cerca del área, pero nada más. Admirable lo de la gente del Taladro,
copando Rosario, ésta vez el equipo no mereció perder, desde los penales otra
hubiese sido la historia. Pero no se dio, ahora los jugadores se tomarán
vacaciones y los dirigentes empezarán a armar el equipo para el próximo año.