Las despedidas
duelen. Siempre duelen. Más cuando se tratan de los ídolos, de los referentes,
de los que están en los fondos de pantalla de los hinchas, y en especial,
en sus corazones. Y la salida de Darío Cvitanich de Banfield para convertirse
en refuerzo de Racing no fue la excepción. Y aunque duela, a veces las
decisiones van acompañadas de otras cuestiones: en este caso, la economía
del club y los 600.000 dólares que le perdonó...
A la hora de
juntarse con la Comisión Directiva, el ídolo del Taladro explicó que en su
decisión, entre otras cosas, pesaron los intereses del club.
¿Cómo? Explicó que si seguía, su contrato iba a ser una
"mochila" para la institución.
Y teniendo esto en
cuenta, tomó una decisión ejemplar: resignó los más de medio millón de
dólares que Banfield le debía de su contrato y pidió a la dirigencia que los
destinen a las divisiones Inferiores. "Darío puso a la
institución por encima de todo e hizo un esfuerzo enrome para dejar pasar
tanto dinero", le contó a Olé alguien del entorno del ex Boca.
Lo van a extrañar.
Claro que lo van a extrañar. Y no solamente el hincha. Hernán Crespo, el
nuevo DT del Taladro, había manifestado públicamente que quería que se quede
porque era referente y una pieza clave en el equipo.
El experimentado delantero, que también jugó en Holanda, México, Francia y Estados Unidos, cerró su segundo ciclo en Banfield con 23 goles en 47 partidos. Ahora, al menos durante un año y medio, Banfield no tendrá ni sus goles ni su jerarquía. Pero a cambio, Cvita dejó una fortuna...