Te soltaste y tuviste
un buen partido contra Gimnasia.
-los primeros minutos siempre me cuestan, fueron pasando los minutos y pude estar más tranquilo y soltarme para jugar. Me fui sintiendo mucho mejor. Siempre tengo el apoyo de los compañeros y me hace ir para adelante. En el entrenamiento hablé con Piccoli y tomé más confianza. Fui ganando algunas divididas y mano a mano y por suerte me pude ir soltando más. Fui jugando de a poco, me sentí mucho mejor. El equipo tuvo muchas ganas, corrió y jugó. Fue un partido muy bueno el que hicimos.
¿Es más sencillo jugar
para un pibe de la cantera, en condición de visitante?.
-Puede ser. Por un lado me concentro mucho, pero de local quizás algún murmullo complica. Pero los partidos que tuve yo, contra Atlético de Tucumán y Boca, se sintió mucho el apoyo de la gente y eso es buenísimo. Por ahí de visitante tenés menos presión y eso ayuda para un pibe que recién empieza. Creo que contra Gimnasia demostré que puedo jugar.
¿Cómo es jugar con
Renato Civelli en el fondo?.
-Aunque lo tenga de delantero creo que sus comentarios llegarían igual. Yo trato de escucharlos a todos, porque ellos tienen mucha experiencia y partidos encima. Trato de ir escuchándolos para ver si puedo mejorar en algo. Eso pasó el viernes, entré un poco perdido pero con las indicaciones me fui acomodando más en el partido.
¿Cómo fue que empezaste
en el fútbol?.
-Empecé jugando en un club de barrio Villa Rita, yo soy de Lomas de Zamora. Me vieron condiciones y le habló a mi papá para probarme en cancha de once. Me probé en Vélez, Lanús y Los Andes. Terminé en Banfield porque económicamente no estábamos bien y era lo que más cerca me quedaba. Mi técnico me acompañó unos años y después ya iba solo. Tengo una familia grande, somos 9 hermanos. Yo soy el del medio. Somos 4 mujeres y 5 varones.
¿Cómo fue que comenzaste
a entrenarte con la Primera?.
-Antes de que me lleven a Primera estuve sin jugar un año. Me lesioné la rodilla a los 15 y quise dejar el fútbol. Me rompí los ligamentos y no quería volver. Estaba pensando en cualquier cosa la verdad. Había aumentado de peso, llegué a pesar 90 kilos, estaba muy gordo. Yo mido 1,70, asi que imagínate lo que era. Después empecé a entrenar, en dos meses ya estaba en peso y tuve unos partidos que me llevaron a reserva y de ahí fui a la pretemporada de verano Claudio Vivas.
La felicidad que habrá
tenido tu familia en ese momento.
-Sí, la verdad que todos se sintieron muy orgullosos. Tenemos una familia muy humilde realmente y fue algo muy lindo para todos. Había veces cuando era chico que no teníamos para comer. No salía, no porque no quiera, sino porque no tenía plata. De hecho trabajé de los 15 a los 18 en una casa de zapatos. Salía de entrenar y ni comía, de ahí a mi casa a dormir y al otro día a entrenar. Después mi representante me empezó a ayudar y dejé de trabajar. Hice mucho sacrificio, y mi familia también y ahora está teniendo sus frutos.
¿Qué tiene que
descubrir la gente que aún no vió de vos?.
-Yo en inferiores
jugaba de enganche. Así que me falta soltarme un poco más con la pelota. Estoy
tratando de mejorar mucho en la marca, me quedo siempre después del
entrenamiento para mejorar eso. Pero bueno, soy un defensor que le gusta tener
la pelota.