La espera se hace larga. Los concentraciones cansan. Suena "El pibe cantina". El equipo de música que compró el plantel lo controla Fabián Santa Cruz. Y su amor por la cumbia villera es fuerte. Los oídos de los fashion se la bancan, pero... "Nos tiene podridos", sueltan cada tanto.\n\nEs bien temprano. Martín Mazzucco y Matías Raposo abren los ojos. Son los primeros en enfrentar el día. Termo y a matear. El Burro y José Luis Sánchez son los más pegados a los verdes. Pero todos se prenden. Los demás se van levantando. Aunque hay varios que no quieren saber nada. Tienen la cabeza clavada en la almohada, por costumbre. Entonces, las puertas amenazan con caerse por los golpes. Y bueno, cuesta despertar a Sanguinetti, Castro, Lucchetti y Leeb.\n\nEstá todo listo para ir a almorzar. La mañana se consumió entre mates, desayuno "oficial" y las bromas de Garrafa y González. Son los más jodones del grupo y no paran de molestar a sus compañeros. El restaurante El Aljibe es el elegido. Dos mesas largas esperan. Y se van acomodando. Bilos, Lucchetti, Sanguinetti, Del Río y Andreoli, de un lado. Forestello, Leeb, Mulet y González, en frente. La otra mesa la ocupan Sánchez, Pucho, Raposo, Giménez, Mazzucco, Leiva, Santa Cruz, Fonseca y Pavone.\n\nCon la panza llena, hay que pegar la vuelta. Es sábado y sólo habrá movimientos recreativos. La ansiedad crece. Faltan 90 minutos para festejar el ascenso. Después de una práctica livianita, a merendar. El predio de Guillón les hace lugar en el salón. El café con leche y las tostadas están riquísimos. Después, unos llamados a la familia y a entretener la cabeza.\n\nTruco, chancha, pool. Con las cartas, la mayoría se defiende. Ramón Ponce también se prende. Gana y pierde. En el campeón no hay campeón de truco. Uh, mirá quién llegó. El presidente Carlos Portell asoma. Saluda y se prende en los jueguitos mata-ansiedad. Un rato después se suman Pepino Calabró (vocal) y Pascual Mazzotta (secretario).\n\nPero ojo, hay una campeonazo. José Luis Sánchez no sólo la descose en la cancha. Tiene la bola atada también en el pool. Garrafa deshace a sus rivales. Que pase el que sigue. En esa Portell no se prende. Le falta paño. Y el 10 se queda sin rival y con la gloria, como en las finales ante Quilmes.a es de noche. Otra vez al micro para ir hasta El Aljibe. Cena tranqui, mañana hay que jugar. Pero todos mastican a fondo. Listo, otra vez al predio. El masajista Martín Pargament ya se encargó de alquilar las películas de acción. Unos cuantos tiros y un par de piñas para que baje la comida. Un rato después, a dormir. se van juntos. Sanguinetti y el Pucho Castro comparten pieza. Los otros grupos son Mulet-Del Río-Lucchetti-Forestello, Leeb-González-Raposo-Zen Bonacorsi, Santa Cruz-Mazzucco-Andreoli- Sánchez, Giménez-Leiva-Fonseca. Bilos también se queda en el predio, pero duerme en la pensión. Y Mané, con el ayudante Horacio Insaurralde, y el profesor Ramiro Loguersio tienen su habitación. Al igual que Norberto Gandulfo (médico), Raúl Barbuto (kinesiólogo) y el masajista.\n\nSuenan los despertadores. Hay que jugar contra Quilmes. Esta vez el Archu, el Gato, el Pucho y el Laucha no se pueden quedar un ratito más en la cama. Todos arriba. Banfield arriba.