Fuente: Diario Clarín. La violencia puede tener muchas caras o varias juntas. En el Banfield de estos días, ya se manifestó de dos modos distintos:
primero como amenaza, después como intento de agresión.\n\nPrimero, el presidente de Banfield, Carlos Portell, presentó ayer una denuncia ante la Policía debido a la amenaza de muerte que había recibido a última hora del jueves por negarse a entregarle entradas y dinero a la barrabrava. Según señaló el titular del club en su denuncia, un grupo de hinchas lo amenazaron con causar disturbios en el clásico ante Lanús y contra El Nacional de Ecuador (el 27 de febrero por la Copa Libertadores, en el Florencio Sola). El conflicto entre Portell y un sector de la barra se inició desde que el presidente se negó a entregarles entradas y dinero para el próximo viaje a Paraguay (Banfield enfrentará a Libertad por la Copa Libertadores).\n\nDespués, ya en la cancha de Lanús, tras el gol en contra de Javier Sanguinetti, un grupo de la barra salió del sector central de la tribuna visitante rumbo a una de las salidas. La idea —aparentemente— era tratar de meterse en la platea para recriminarle a Portell. Parecía un modo de mostrar las
uñas luego de la amenaza. En la salida se toparon con personal policial y
hubo un breve enfrentamiento. A consecuencia del mismo,
un policía resultó herido.\n\nPero los barras de Banfield no saciaron su ira y continuaron: fueron hasta el alambrado que divide la popular de la platea y comenzaron a insultar al presidente Portell. Después de un rato, parecieron calmarse.\n\nSe trata de otro episodio propio de la interna de las barras y de sus complejos vínculos con los dirigentes. En el caso de Banfield, trascendió que
Miguelito —disgustado con Portell— fue quien impulsó la amenaza. Se trata del mismo barra que estuvo preso tras llevar un arma dentro de un estadio de fútbol.\n\nHace tres meses, este barra fue liberado, tras cumplir su condena. Y lo primero que habría hecho fue ir a quejarse ante los dirigentes:
Me soltaron la mano y por eso caí adentro...". Para evitarse problemas, los dirigentes habrían aceptado darle entradas para que revendiera.\n\nPero no es todo en la interna de la barra de Banfield. El otro grupo —liderado por
Santa Fe y su hijo
Rafa— está enfrentado con
Miguelito y los suyos, habituales habitantes de la Villa Nisa. Pero ayer no reaccionaron por Portell porque ellos tampoco reciben dinero.\n\nA consecuencia de esta amenaza, los dirigentes de Lanús cuando se enteraron, decidieron emitir y repartir volantes instando a
no reaccionar frente a cualquier eventual agravio de los hinchas de Banfield.\n\nLa primera amenaza de los barras de Banfield se cumplió a medias en el clásico. Ahora queda pendiente otra: la del encuentro frente a El Nacional. Mientras tanto, la violencia impera.