Del diseño a la plástica

INDICESEn ocasiones anteriores, he hablado de distintos movimientos artísticos trascendentales para la historia del arte. Por supuesto, las notas eran una breve aproximación a la tendencia o corriente artística tratada, teniendo la intención de destacar los puntos más relevantes a nivel estético, teórico y plástico.

En esta oportunidad (que da comienzo a un nuevo ciclo, en el cuál tenemos grandes proyectos para desarrollar desde MOEV) quiero hacer hincapié en una cuestión que puede resultar una obviedad, pero es importante no dejar de mencionarla, ya que su rol y simple interpretación hacen realidad (siendo los medios más eficaces) la historia del arte. Por estas razones hay que destacar la función de “mediadores” que tienen los artistas que representan, cada uno a su modo y bajo sus propias ideas (o expresiones) los distintos movimientos artísticos, creado por los teóricos para poder generar cierta “clasificación analítica” de la historia del arte. Pero no todos los artistas pueden ser encasillados en estas clasificaciones, ya que sus obras se caracterizan por tener cualidades de unicidad incomparables.

Hoy quiero presentarles a uno de los más grandes artistas del arte argentino: Juan Carlos Distéfano, quien hizo con sus obras su propio lugar en las historia del arte argentino.

Nació  en la Provincia de Buenos Aires, el 29 de agosto de 1933. Con sus estudios realizados en la Escuela Nacional de Artes Gráficas N° 9, es donde adquiere una importante formación como diseñador gráfico. En 1951, poco después de egresar, se desempeña como asesor gráfico en la Compañía General Fabril Financiera.

Distefano80Asiste a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, donde se recibe de profesor de dibujo. Poco después, a los 22 años, contrae matrimonio con Griselda Gambaro y juntos viajan a Italia. Allí estudia a los artistas del trecento y del quattrocento, sobre todo a Masaccio. De regreso a Buenos Aires trabaja como diseñador gráfico en varias agencias y por cuenta propia, empezando a generar una impronta personal destacada. A partir de 1960, luego de haber ganado un concurso de afiches para la empresa Siam, organiza el Departamento de Diseño Gráfico del Instituto Di Tella. La producción de este departamento vuelve notable el diseño gráfico argentino que es reconocido a nivel internacional. Diseña escenografía y vestuario de Los siameses, obra teatral que Griselda Gambaro estrena en el Instituto Di Tella.

En 1967, convocado por Aldo Pellegrini, integra la muestra El surrealismo en la Argentina; se trata de la primera vez que expone en el Di Tella. Ese mismo año, junto a David Lamelas y Emilio Renart, conforma la representación nacional en la Bienal de San Pablo. Estudia la escultura egipcia y mesopotámica, que con el tiempo van a ir influenciando sus trabajos escultóricos. En 1968 hace los primeros volúmenes exentos –Puño y Cabeza– que realiza en resina poliéster, coloreándolos con pintura acrílica, creando una técnica que grandes honores y reconomiento le iba a otorgar.

En 1969 gana la Beca Francesco Romero, otorgada por el Fondo Nacional de las Artes y la Embajada de Italia, con la que permanece ocho meses en Roma, donde retoma el estudio de las obras de Masaccio, pero esta vez no se limita a las de Italia. Con el Citroën, que había llevado en barco desde Argentina, recorre Francia, España y Holanda.

De regreso al país, tras el cierre del Instituto Di Tella en 1970, abre un estudio de diseño gráfico, actividad que desarrolla hasta 1976, cuando decide dedicarse con exclusividad a la plástica.

En 1975, por sugerencia de Roberto Páez, realiza El baño, pieza en la que recrea, en clave irónica, la obra de Prilidiano Pueyrredón. En esta escultura por primera vez materia y color son uno. Abandonando el policromado posterior y haciendo uso de las cualidades traslúcidas de la resina, la aplica –ya coloreada– en finas capas sobre el molde –de afuera hacia adentro– y luego, mediante pulidos hace aparecer los tonos interiores provocando tanto suaves pasajes como fuertes contrastes cromáticos.

Distefano_LuchaLos temas tratados durante esta década se relacionan tanto con situaciones existenciales como con el clima político  de la época, la violencia y la tortura. En 1976 expone en la galería Artemúltiple, allí muestra una serie de grandes esculturas en poliéster, entre las que se encuentra Procedimiento, que ante el enrarecido clima político del país, es exhibida con el neutro título de Figura acostada.

En abril de 1977 se radica en Barcelona, junto a su familia, perseguidos por el gobierno militar. En esa ciudad Distéfano dibuja figuras de prisioneros “trasladados” que aparecen en la costa del río, arrojados desde aviones.

Hacia 1979 el exilio se le torna insoportable y decide retornar a Buenos Aires. Ejerce la docencia en los talleres de escultura y dibujo en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”. Luego recorre la península de Yucatán y la imaginería precolombina no tarda en aparecer en su obra. Abandona la materia traslúcida, trabaja volúmenes opacos de colores intensos. En esta época incorpora a su obra textos literarios, generando un vínculo comunicacional más fuerte entre el espectador y la obra.

fundacion-osdeCon más de 150 piezas –entre cuadernos de apuntes, bocetos, dibujos, pinturas, relieves y esculturas– que cubren el período 1955-1998, se le organiza, curada por Martha Nanni, una gran retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes. Acompañada por un completo catálogo.

Su obra integra los patrimonios del Museo Nacional de Bellas Artes, del Malba, de The Museum of Fine Arts of Houston y de importantes colecciones privadas. Actualmente Vive en Don Bosco, provincia de Buenos Aires, y trabaja en el porteño barrio de La Boca.

Los invito a acercarse a las instituciones nacionales que tienen trabajos de esta gran artista para poder apreciar el encanto que transmiten.

Por Martín Liberatore