Era una mañana fría en la que el sol de otoño iluminaba la belleza de la calle Vergara. Acorde al empedrado y a las arboledas deshojadas, aparecía claro el cartel de “El Galpon”. La mística se respira desde la puerta: Esculturas y pinturas mezcladas en el hall central, casi arrumbadas, aunque bien ordenas, como un perfecto mercado de pulgas. Para hacer más ideal aun la situación, sonaban los primeros acordes de “Adiós Nonino” de Astor Piazzola.
Y ahí estaba él, Jorge Gionco, Artista y Profesor de Educación Física, sentado frente a un atril pintando un cuadro con óleo: “es para una amiga de Lanús, que me lo encargó”.
Jorge es uno de los máximos artistas banfileños de la actualidad, y sin dudas, el de mayor proyección nacional e internacional. Tiene 46 años y vivió toda su vida en el barrio. Además de ser un prestigioso artista plástico, es deportista: Fue campeón Sudamericano durante 10 años de la categoría medio mediano de Kick Boxing, además de integrar la Selección Argentina de ese deporte.
Ha realizado gran cantidad de exposiciones y recibió múltiples premios, y entre sus palmares, está el de ser el autor de la escultura en tributo a Marcelo Massad, héroe de Malvinas banfileño, los murales de la Capilla San Cayetano, de Témperley y “Casa tomada”, mural sobre la obra de Julio Cortázar en el Country de Banfield.
Nos presentamos y comenzamos informalmente con la entrevista. Nunca dejó de pintar el cuadro para su amiga pingüina: Se trataba de una chica en el umbral de una puerta, con sus manos desproporcionadas y un vestido a rayas verticales bordó y verde. “Mejor le saco el verde porque si no me mata.” Bromeó. Mientras me estaba contando su trayectoria y la relación con Banfield, hace una pausa y me dice con tono casi de alarma: “Andá atrás de esa cortina”.
Me paré impulsivamente y recorrí unos 10 metros hasta el fin de esa larga cortina negra que formaba un rectángulo en El Galpón. Encontré el final de la tela que hacía de puerta, la corrí y ahí me encontré con ella: La estatua de Garrafa.
Casi lista. Perfecta. Era Garrafa en pinta: Desfachatado y con la remera de la banda de Banfield. Una estructura de casi 2 metros que emociona hasta los huesos.
“Lo de la estatua fue complicado, no juntamos llaves ni para hacer una pierna” Comenta Jorge. “La gente se piensa que las llaves se funden y con eso se hace la estatua, pero no es así. Se usan para venderlas y comprar el pulvi-bronce, que es el material con el que se hacen las esculturas. Por suerte esta casi terminada (NdR: En esta semana comienzan con el patinado) lleva gastado 25 mil pesos solo de materiales, sin contar la mano de obra que es mucha porque trabajaron 3 personas en esto (Pepe Balaguer, Pichi Báez y Martina Vignolo además de Gionco) y todo fue financiado por un hincha muy conocido de Banfield ¡¡Que todavía me sigue jodiendo con que le haga las venitas de la cabeza!! (risas) pero yo le digo “nooo… yo no soy el flebólogo de Banfield”. Quiero que quede bien en claro que no hubo nada raro, nadie se quedó con nada, con las llaves sólo juntamos 2 mil pesos y como te dije, se gastaron mas de 25 mil que los puso un solo pibe”.
En un momento, Jorge llama a Pepe Balaguer, colaborador de El Galpón y también hincha de Banfield, quien deja de trabajar en el taller de atrás y se suma a la entrevista. Pepe tiene 68 años, vivió en Banfield toda su vida y actualmente lleva la responsabilidad de hacer la pelota que acompañará la estatua de Garrafa.
¿Y como planifican su inauguración?
No se como se va a organizar porque eso depende de lo que acepte la gente del Club, pero la idea es hacer una procesión un día domingo, salir de acá del galpón, pasar por Maipú y llevarla por Arenales hasta la cancha. Que sea una gran caravana popular banfileña. Ojalá dejen exhibirla en un lugar que se vea de todos lados, en la platea mirando al campo de juego, que se vea de toda la cancha, que la tomen las cámaras.
¡Eso sería fabuloso! Y de paso ¿Cómo te hiciste hincha?
Me hice hincha de Banfield a los 13, 14 años, por el barrio y mis amigos. Mi deporte siempre fue el kick boxing ¡Pero bueno! además mi familia era toda de Racing. Fui preparador físico de las inferiores de Banfield en el ´87 del Negro Viñales. En esa época jugaba el Pampa Orte y me lo cruzaba seguido.
Y por eso El Galpón está en el corazón de Banfield.
Gionco: Si. Estamos hace 10 años. Nace como un grupo de escultores y docentes de bellas artes que querían hacer algo, hicimos ciclos de cine, malabarismo… ¡De todo!. Tenemos unos 70 alumnos más o menos sin contar a los de teatro. Hicimos varios encuentros donde trajimos como invitados a Caloi, Sendra y Sabat.
Balaguer: También hicimos una charla-debate con Osvaldo Bayer y proyectamos “La Patagonia Rebelde”, vino muchísima gente ese día, estuvo buenísimo.
Gionco: Hace poco me hicieron una entrevista de Canal A para el programa “Manos”, una hora dedicada a nuestra trayectoria. Hace 20 días expuse en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas, en la expo “30 gritos de libertad”, unos 20 cuadros, todos de Banfield, y vendí 9.
“Está en todos lados, lo entrevistaron de Canal A como artista y de ESPN como deportista” acota Pepe con tono risueño.
Es muy buena toda la actividad de El Galpón, es un lugar de puertas abiertas a la comunidad.
Gionco: Totalmente. Hicimos una muestra para los internados del Hospital Estévez, vinieron unas 400 personas.
Balaguer: También hicimos una expo cultural en la puerta del Pozo de Banfield con 10 escuelas de la zona, fue un viernes a la mañana. La calle estaba llena de gente que pintaba y dibujada, fue buenísimo. El Galpón es el mejor espacio de cultura del sur.
En ese momento, Jorge recibe una llamada a su celular, la cual atiende sin dejar de trabajar en la chica de la puerta, que ya no lleva el vestido a rayas, si no que ahora está con uno totalmente bordó pero de grandes botones verdes. Sus brazos ya tienen marcas de contraluz y empieza a mostrar rasgos de ser una joven muy bonita.
Mientras me quedo hablando con Pepe, llega otro amigo de la casa “para hacerle una consulta a Jorge” sobre una obra en la que esta trabajando. Es Otto Brottinger, a quien no dejan de cargarlo por su origen alemán “este es Nazi, ojo”, dice Pepe entre risas cómplices. Ambos empiezan a contar anécdotas de chicos, entre los que mencionan al bar frente a la cancha y el comercio que tenia Gustavo Albella en el barrio. También me cuentan de El Galpón como espacio de arte. “Acá vas a llegar y siempre va a sonar tango, o música lírica, o jazz. Yo me encargo de poner música, soy nieto de franceses y catalanes… ¡Así que imagináte! Dice Pepe, además de contar que trabajó 30 años en la Caja de Ahorro hasta la privatización y “el desfalco que fueron los ´90”. “Si… me acuerdo cuando le sacaron la libreta de ahorro a los jubilados, lloraban pobrecitos” acota Otto.
Jorge corta el llamado, y mientras le regala las cejas a la chica de la puerta, continúa con la entrevista.
Acá viene la pregunta trillada que te deben hacer todos ¿Cómo convive un campeón de Kick Boxing con un artista sensible?
(Risas) Si, todos me preguntan lo mismo ¡Je!. Es puro equilibrio, como el yin y yang. Otros artistas subliman la violencia, yo lo hago en el ring. Me pasó que hay gente que te quiere pelear en la calle, yo trato de evitar la violencia hasta donde sea posible, si no te mando directo al tomógrafo del Gandulfo (risas).
¿Y tus influencias en el arte?
Todo. Picaso, Modigliani, Vitullio… ¡Bukowski! A donde voy la cito. También mi familia, soy sobrino del escultor Juan Militich, él y mi mamá, que es una persona muy sensible me enseñó mucho. También dos tías pintoras, Susana y Beba Gionco. En casa había mucho arte.
Si tenés tantas pinturas y esculturas ¿Por qué se te reconoce como muralista?
Porque soy muralista ante todo. Me gusta porque es la idea de expresión más popular, da acceso diferente al arte a mucha gente que te deja un mensaje. Vas caminando y está ahí, es arte. Es filoso, corta por todos lados. A mi me seduce desde ese lado. Tiene que ver con la docencia, tu pueblo se enriquece viendo sensibilidad visual.
¿Y la docencia surge porque en este país cuando te dedicas al arte no hay seguridad de que puedas vivir de él?
Claro. Siempre me dediqué a la docencia, recién en los últimos años puedo vivir del arte, de la producción. Además porque me gusta enseñar, la ignorancia del arte me da miedo, ser ignorante es lo mismo que ser borrego.
¿Y como clasificarías tu estilo actual?
Es abstracción geométrica, hago escultura en la tela, porque conecto la forma. El hueso del cuadro es complejo, y yo trabajo con eso.
Contame sobre tu participación en Mística Banfield
A Mística llegué por Pasty (Lauría), él me invitó y me encanta colaborar. Yo voy y me sumo a los chicos: Marco, dibujo y voy creando. Ya hicimos 10 murales y por ejemplo, “El Taladro es de todos” lo hicimos en una hora y media. (NdR: “El Taladro es de todos” es el mural que aparece en el video “Los números no mienten” producido por MOEV en diciembre de 2009.).
Terminamos de tomar los mates cebados por Pepe que volvió al taller, Otto se fue, y la chica de la puerta estaba lista. Salimos caminando por la calle empedrada con Jorge que me invitó a ver uno de los últimos murales de Mística, el que está en Chacabuco al 100. “En este pintamos a los chicos del grupo” Y si, identifiqué perfectamente a Pasty Lauría y a Nicolás Dandrea (ver “Pinta tu aldea”) además de haber un Julio Cortázar infiltrado.
¿Y que más te gustaría hacer para Banfield?
Me encantaría pintar la cancha. Hacer murales sobre las paredes de Arenales, que lo vean todos de todos lados. Contar la historia del club en esas tres partes. Hacer una obra que nos enorgullezca, que confirme lo grandes y distintos que somos.