Doscientos años han pasado desde que aquellos hombres decidieron ponerle fin a la opresión de la Corona española. Y mientras aun estamos quitándonos de encima los últimos yugos aprendiendo de nuestra propia historia, repasamos este Bicentenario Argentino.
Con un festejo tan esperado como merecido, y luego de una fiesta que atravesó al país de punta a punta, coronada por una celebración magnífica de cinco días en la Av. 9 de Julio, que terminó con un maravilloso desfile popular que congregó a casi tres millones de argentinos, nos preguntamos ¿Cómo fueron estos 200 años para Banfield?
El devenir de nuestro club no es muy distante al del país. Argentina vivió sin el Taladro durante ochenta y seis años, tan solo ochenta y seis años ¿Cómo pueden ser diferentes esas dos historias?
Nuestros Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli fueron Daniel Kingsland y George Burton entre otros profesionales y comerciantes que buscaron en 1896 crear institución destinada a cumplir un rol social ante todo. Los años de lucha, organización y estabilización hasta la aprobación de la Constitución de 1853, podrían ser comparados con los primeros años hasta 1911, dónde el fútbol no era la prioridad en Banfield.
Mientras en Argentina se sancionaba y se reglamentaba la Ley Saenz Peña y se comenzaba a vivir una corta pero verdadera democracia, Banfield también vivía años de efervescencia con un plantel que salía subcampeón de la Primera aun amateur y lograba la Copa de Honor en 1921.
Cuando el país hacia crack al igual que el mundo por la crisis del ´30 y padecía su primer Golpe de Estado, Banfield hacia “crack” por no sumarse al profesionalismo de 1931, aun golpeado por la muerte de George Burton, tal como Argentina perdía a su líder, Hipólito Irigoyen. Allí ambos entrarían en sus respectivas décadas infames.
Llegarían los años ´40, la gestión de Florencio Sola levantó al club y acariciaría la gloria en aquel primer puesto en la temporada de 1951 que finalmente no se coronó con el primer título. Años despues, Juan Domingo Perón era a nuestro país lo que Valentín Suarez sería al Taladro: Dos gestiones revolucionarias y populares, y claro, ambos tuvieron sus críticas y detractores.
Luego vinieron años oscuros: Otra vez botas, otra vez la B.
Tiempo después llegaría la consagración de 1962 y del famoso “Banfield de Don Valentín”, años dinámicos como los de la historia nacional. Pero así como la oscura noche cayó en 1976 en el país, Banfield cayó en el ostracismo del ascenso en 1979 hasta 1993, a excepción del fugaz paso por Primera en 1987/8.
Hubo dictadores en Casa Rosada como interventores en la calle Vergara. Crisis terminales de las que sobrevivimos: Atilio Petinatti en 1997, Fernando De La Rua en 2001. Carlos Menem, la década del ´90 y… bueno, esto mejor lo dejamos ahí.
El resurgir económico y social de Argentina desde 2004, el resurgir de Banfield en 2001, del Ascenso a América con la Copa de 2005 ¿Que dudas quedan de los paralelismos?
También tenemos nuestro obelisco que es Lencho Sola, el lugar que elegimos para juntarnos a festejar. Tenemos a nuestros artistas, nuestros cantantes, músicos, pintores y poetas. Dimos al mundo a Julio Cortázar, nuestro Borges, y a Alfredo De´Angelis, nuestro Piazzola, entre muchos otros. También tenemos a nuestro propio Maradona, el Garrafa de Banfield, ambos eternos e inmortales. Y nuestra gloria de 1986 llegó en 2009.
Así que en este Bicentenario tenemos mucho que festejar, porque nosotros tenemos dos patrias, la nacional, Argentina, y la patria chica, el barrio, Banfield.
Y por todo esto, levantemos las copas para que sean eternos los laureles que supimos conseguir ¡Salud!.