Marina Esther Traversa era llamada por sus amigos como “Marinita” o “Ninita” y su nombre artístico la inmortalizó como Niní Marshall. Era petiza y muy timida, solo perdía la timidez cuando encarnaba a los personajes que supo crear, como Cándida Loureiro Ramallada o a Catita, “Catalina Pizzafrola Langanuzzo, a sus pieses… desde hoy una amiga más…” y caricaturas de criadas, cantantes, ancianas, chicos, bailarinas, patucas como Doña Pola, Mónica Bedoya Hueyo Picos Pardos De Unzué, Belarmina Cueio, La Niña Jovita, Gladys Minerva Pedantoni, Doña Caterina Gambastorta De Langanuzzo, Lupe, Fruelain Frida y Mingo.
Niní nació en 1903. Fue la hija menor de seis hermanos. Ángela, su madre, fue un modelo a seguir para ella: Cuando era muy joven quedó sola y su espíritu alegre la llevó a organizar fiestas en las que ella se disfrazaba y disfrazaba a sus hijos para representar historias y cantar zarzuelas para sus parientes y amigos. Al terminar el colegio se casó con un ingeniero ruso con quien tuvo una hija en la Provincia de La Pampa y de quien se divorció tiempo después. Alli volvió a Buenos Aires, precisamente a Banfield, y su primer trabajo fue como colaboradora en la revista “Sintonia” de chismes sobre la radio.
En 1934 gano un concurso del programa “La Voz del Aire” con el personaje “Ivonne D’Arcy cantante internacional en cinco idiomas” Este personaje le permitió modelar el oficio de genial imitadora y descubrir los recursos que le ofrecía la radio. De ahí en más su camino al éxito nunca se detuvo. En 1935 nace “Candida”, una mucama gallega que fue un suceso: Un micro de cinco minutos pasó rápidamente a un programa de media hora.
Tiempo después, un comerciante de la época le pidió a Niní un personaje para promocionar su negocio que resultó ser Catita. Cuentan Nini en sus memorias que la fuente de inspiración para la composición de Catita fueron “las chicas que se juntaban en la puerta de la radio a la espera de Juan Carlos Thorry, por entonces mi compañero en ese medio!”.
En 1952 se casa por tercera vez con Carmelo Santiago. En 1967 participó del hito de la televisión argentina “Sábados circulares”, de Pipo Mancera, con bloques propios de 30 minutos sin cortes haciendo su interpretación de Belarmina. Componiendo a Loli, ese mismo año realiza su primera intervención cinematográfica en colores en “Escándalo en la familia”, compartiendo elenco con cómicos como Fidel Pintos, Alberto Olmedo, Juan Carlos Altavista, Carlos Carella y Carlos Scaziotta.
En 1973 debutó en la temporada marplatense junto a Lino Patalano con “…Y se nos fue redepente”, un espectáculo de café concert que ha sido considerado como uno de los máximos exponentes del humor negro en la Argentina. Llegó a las 800 representaciones, un programa especial en Canal 13, junto a Carlos Perciavalle y un disco en la compañía CBS.
Luego de ser la figura estelar de varios programas televisivos y de una despedida escénica en 1981, en 1983 decidió retirarse. Dos años más tarde, recopiló sus recuerdos y experiencias en un libro: “Mis memorias”. Sólo en el ‘88 apareció fugazmente en televisión para el ciclo de Antonio Gasalla “El Palacio de la Risa”. A partir de ese entonces se sucedieron numerosos homenajes, como cuando fue nombrada Ciudadana Ilustre, en 1989, por la Municipalidad de Buenos Aires. El reconocimiento de sus pares llegó en 1992 con el Premio Podestá, otorgado por la Asociación Argentina de Actores. Murió el 18 de marzo de 1996, a los 92 años.
Nos fue difícil averiguar su domicilio exacto en nuestro barrio, pero sabemos por el relato de muchos hinchas de aquellas épocas (hoy vitalicios) y de muchos de nuestros abuelos que Niní se reconocía hincha del Taladro. Fue una genia sin igual, mentora de un estilo de humor absurdo, costumbrista que muchos de nuestros humoristas contemporáneos como Diego Capusotto, pueden reconocer como predecesora.
Ver sus películas hoy en día nos confirma la vigencia de su gracia e inteligencia. Nada más actual que Nini.