Parece el mito del eterno retorno, pero así son los grandes, siempre están, siempre vuelven. Siempre, para alegrarnos el corazón: El viernes 23 volvió Charly García a tocar para unas 40 mil almas en el Estadio de Vélez. Y lo vamos a repasar aquí, con el cristal verde y blanco que MOEV propone.
Con una lluvia torrencial que sirvió de antesala a la velada mas esperada, cerca de las 9 de la noche el cielo dio un respiro y el público ingresó apurado, para que menos de una hora después, comience el recital.
Se apagaron las luces y los acordes de “Operación densa” empezaron a sonar con un escenario levemente iluminado de tonos azulados. Ahí saltó Charly a las tablas, más delgado y con su corte de pelo más famoso, y acompañado de su banda de lujo: Hilda Lizarazu (La mujer mas linda y talentosa del rock nacional) en coros, Carlos “negro” García López en guitarra y el “zorrito” Fabián Von Quintiero en teclados.
“¡Buenas noches! ¡Say no more!” y “¡Fuera lluvia!” fueron los primeros gritos de guerra y allí se lanzó el rock a rodar sin que falte un solo hit de los casi 30 años de carrera de solista de Charly. El estadio se encendió especialmente en temas como “Cerca de la revolución”, “Me siento mucho mejor”, “Chipi Chipi” y “Demoliendo Hoteles”. Confieso que al momento de acompañar “No voy en tren, voy en avión” no pude evitar reemplazar “…de la Cruz…” por “…del Capo…”.
Lúcido y querible como siempre, y acompañado por un poncho de lana durante casi todo el recital, disparó frases que lo pintan en forma: Una vez terminado el “feliz cumpleaños” cantado por todo el público respondió con un “Gracias… un año menos!!” y cuando la lluvia amedrentaba más aun disparó “¡Say No More es impermeable!”.
Esta versión sana de Charly le hizo perder presencia escénica, y con los años algo de voz, pero ambas fueron perfectamente reemplazadas por el carisma y personalidad de Hilda Lizarazu que, con su clásico corte ahora en rojo furioso, llenó de energía el recital. Eso si, cómo cada vez que el clima no ayuda, el sonido del show se vio afectado por el viento.
Luego presentó a quien (sorprendentemente) fuera su único invitado, presentado como “Mi ídolo y mi maestro, Luis Alberto Spinetta”. Allí estábamos en presencia de 2 de los 5 grandes del Rock Nacional y parece que semejante evento, puso al cielo celoso, que mandó mas diluvio nuevamente. Pero el Re mayor inicial desde la guitarra del Flaco para “Rezo por vos”, logró que la fiesta se mantuviera, aunque algunos pocos tuvieron argumento para dejar el estadio antes de tiempo cuales hinchas de Lanús.
Charly volvió, luego de una larga recuperación, como lo esperábamos. Y curiosamente, tal como lo hizo Maradona. Porque ambos son esa personificación del “ser argentino”: Tocar el cielo y hundirse en el fondo del averno sin escalas. No entenderlos, es no entender a este país.
Será porque nos queremos sentir bien, que ahora nos queda la sensación de que por fin podremos disfrutar de un genio en su plenitud. Porque este sí es Charly, el que desafió a la dictadura con una poesía que la censura no podía entender. El que desafió al tiempo y la cultura y hasta se desafió a si mismo, para ver hasta donde podía llegar con sus excesos. Este es Charly, el que no va a parar.
Y hoy pasa el tiempo, demoliendo Vélez.