Un 24 de enero del 2007 cerca pasadas las 18 horas un milagro sucedió. Luego de un agitado día, decidimos con un amigo relajarnos y divertirnos, frente a la tv. Mi querido Taladro volvía a jugar, esta vez en un estadio ingles con cerca de 30.000 hinchas alentando, enfrente estaba racing con similar cantidad de fieles.
Lo que estoy narrando no es un cuento, no estoy loco ni mucho menos… Con los equipos ya en cancha aparecen en pantalla las placas de la formación y mi amigo sorprendido dice “mirá, está Garrafa!”… Si increíble: José Luis Garrafa Sánchez estaba paradito en la mitad de cancha..
Fue ahí cuando la mezcla de sentimientos llegó a mi: primero las lágrimas llegaron a mis ojos pero no tocaron el suelo, es que la sonrisa le ganó de mano para invadir ese instante de felicidad. Pero el mayor momento de éxtasis llegó cuando pude percibir, que la gente coreaba su nombre, es que cerca de las 18:30 hs y faltando tan solo 5 minutos el Taladro daba vuelta el score (empezamos perdiendo) tras una majestuosa jugada Garrafa sellaba el 2-1. Creanme que fui (junto a esos 30.000 albiverdes) el hincha de Banfield mas feliz del mundo.
Fue tan grande la alegría y similar el momento de éxtasis, que el partido revancha terminó con igual resultado y gol de Garrafa incluido, pero no tengo recuerdo visual alguno. Acorde con el momento, a la noche en la Sede Social se lo comento a mis amigos y les comenté “miren que no es un sueño, eh”, para que ellos me crean, entré en detalle y corroboraron que todo era cierto.
Pero el día ha terminado, obviamente nadie podrá hacerme olvidar ese mágico momento donde ví brillar a d10s como en sus mejores épocas.
Mañana un día nuevo comenzará y mi corazón el recuerdo latente conservará. Mientras tanto esta madrugada las familias están descansando, yo estoy en mi cama, las luces están apagadas, y el play station del sobrino de mi amigo ya esta guardado …
Ya le hice hacer un gol a Garrafa.
Por Mariano A. Rivero