Hijos del Rigor alimentando la utopía

Salió como tantos otros de Barrio Nuevo, allá en el corazón de Banfield, pero de ahí llegó a… ¿ya llegó?.

Porque Francisco aun tiene mucho por recorrer, no por factores etareos, si no por naturaleza. Nació con el apellido Ons, pero su amor por el club y el barrio lo llevó a adoptar como apellido el mismo de Edward, “Banfield”. Así se marcó el camino de un banfileño, otro más debemos decir con orgullo, que lleva al Taladro como bandera en el mundo.

“Empecé a ir a clases de guitarra con 8 años, faltaban guitarristas en la iglesia “El Buen Pastor” de Barrio Nuevo, y mi vieja nos mandó a mi hermano y a mí al profe frente a casa, el groso de Marcelo Molinari” le cuenta a MOEV Frans. “Había dos violas en casa y con mi hermano Juanma jugábamos a ser rockeros, supongo que mi mamá vio esa movida y aprovechó lo de la iglesia para evangelizarnos a base de rock” medita entre risas el cantante.

Frans Banfield es un tipo frontal, ameno, muy directo y claro. Tiene ese modismo argentinoespañol al hablar, adoptado luego de haber vivido tantos años en la península ibérica. Es que se fue a vivir a España en 2002, con la crisis económico-social empujada por el neoliberalismo de la época: “Tenía claro que 18 años solo se tienen una vez, y que ese volcán de energía infrenable hay que aprovecharlo. Siempre tuve claro que nací músico, soy compositor desde los 11 años, y la Argentina del 2001 me dio miedo. No estaba dispuesto a vivir un Estado de Sitio ni regalarle a cuatro hijos de puta mi juventud y mis sueños”. Volvió a la patria hace cinco años, y conformó Los Hijos del Rigor, banda con la que presenta “Imaginario”, el primer corte del tercer disco en radio Vorterix.

Tenía pasaporte por parte de su padre, y decidió ir a probar suerte. “Era eso o quedarme a remarla de administrativo en la empresa de él”. Al llegar vivió en Tui, un pueblo fronterizo con Portugal, donde laburó en un bar en el que conoció a un guitarrista que estaba formando una banda instrumental. Así nació Phantom Club, su primera banda, que duró unos diez años. “Los cinco primeros años laburé de todo, pero mis dos horas diarias de ensayo con la banda no me las sacaba nadie”.

La escena de rock española es muy reciente a causa de la extensa dictadura franquista (espíritu que aún vive en muchos, demasiados españoles) y es un argentino, Andrés Calamaro, el máximo motor y referente del rock español. En ese contexto Frans tocó con artistas como Andy Chango y Ariel Rot, a quien señala como “el precursor de toda la movida, junto a Moris que llegó antes”. Además compartió escenario allá con Coti Sorokin, The Dynamites ( la banda de James Brown) Mao Morta (banda mítica de Portugal), Andrés Calamaro y Raimundo Amador. Hoy, acá, toca junto a un mito del rock nacional, Claudio Gabis.Cuando toqué en el Teatro Colón con Claudio vi la cima y dije ´que mis viejos vean esto es lo más grande que me puede pasar´”. 

Si le preguntamos la razón de su regreso en 2013, es clara: “España es muy fascista, yo no aguanté más, estuve tres años con Rajoy y me vine. No podía más, la cosa está a peor”. 

Pero el joven Ons, mejor dicho, Banfield, no llevó solo rock al viejo continente:Soy del Taladro desde que tengo el primer recuerdo de algo en mi vida. Mi primer partido en el Lencho fue contra Deportivo Italiano, año 1992, ganamos, creo con goles de Wensel y Roldan. Fui a la vieja platea W, recuerdo perfectamente todo”.

Y parece que no es fácil estar tan lejos, por la familia, pero también por el Taladro. Contra lo que muchos creemos “nadie es ´el Taladro´ allá. Taladro hay uno solo, en 12 años no me pude hacer hincha de nadie”. Pero aclara “solo quiero que al Celta de Vigo le vaya re bien”. Claro que su mejor recuerdo, tal vez el de todo banfileño, sea aquel gol que terminó significando el título: “El gol de Víctor López a Tigre en 2009, lloré como un bebé, vine de España un día antes, no podía perderme eso, solamente muerto. Pagué una fortuna el vuelo porque lo saqué después del partido con Huracán, a los seis días estaba acá. Estuve como un año y medio rengo, mal, 2200 euros gasté, pero ¿Cómo me iba a perder eso?”.

Si le preguntan por un ídolo banfileño no duda: “El Chueco Delfino, ¡¡ídolo total!!” ¿Y de la música?: “Luis Alberto Spinetta es mi Dios”.

Por Hernán Bañez.

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