Con el arte en sus pies

El 14 de abril quedará en la memoria de todos los banfileños y de todos los amantes del buen fútbol. Pues fue el partido despedida de nuestro máximo ídolo, José Luis Sánchez, o con el nombre que pasó a la inmortalidad: Garrafa.

Después de una larga espera y más larga ansiedad, el Lencho Sola se volvió a vestir de fiesta para un acontecimiento cultural, en esta oportunidad, sin precedentes: La proyección de una película, “El Garrafa, una película de fulbo”. Al menos 4125 personas asistieron a para reencontrarse con el eterno José Luis en la cancha que lo consagró. “Yo las finales no las pierdo”, asegura el Diez en un fragmento del film, y vaya si eso era cierto.

Las plateas del Lencho se llenaron de hinchas de Banfield, de El Porve y de Lafe (en la gráfica oficial, se eligió mostrarlo con remeras de ambos clubes) la gran mayoría de estos últimos, amigos de la familia de Garrafa que pudieron ocupar la platea central baja, frente a la megapantalla aportada por Codere Argentina. Esos amigos de Villa Adriana, que jugaban al fulbo con José Luis cuando se escapaba de su vida de profesional. Sus hermanos, Adolfo y Fabián, y su adorable y entrañable Mamá, Antonia. En ese sector, preferencial si se lo quiere llamar de alguna manera, estaban presentes ex compañeros y otras figuras del deporte nacional y de los medios.

Arriba, 2500 hinchas de Banfield que reventaron las boleterías (de reparto gratuito) en tan solo 2 días y medio (entre martes y miércoles, poniendo a disposición 200 localidades más el jueves). Reparto organizado y supervisado por la producción de la película, acompañado por la colaboración voluntaria de alumnos del IMEF Banfield, y de las subcomisiones de Cultura, Socios y Relaciones Públicas del club. Todo en orden, respeto y cordialidad, a tal punto que el ambiente parecía al de estar accediendo a la sala de un gran teatro, como el Rex o el Ópera.

Las jugadas de José Luis, la escena brillantemente ilustrada por Diego Puente y Hernán Vieytes, con un equipazo de hombres-monos formado por Higuita, Obdulio Varela, Garrincha, Zidane, Maradona y Garrafa, los sonidos de la Garrajam tocada por Manu Uriona de la Bersuit, y las apariciones de muchísimos amigos y ex compañeros del Diez, entre los más aplaudidos por el público podemos mencionar a Carlos Leeb, Adrián González y Mané Ponce. También aparecen artistas banfileños, como Yeti, Martín Alvarado, y Jorge Gionco, quien también fue muy celebrado al aparecer junto a la estatua que le dedicó a Garrafa.

Pero sin dudas, la ovación de la noche se la llevó el amigo que mas compartió canchas con José Luis, el Yagui Rubén Forestelo. Contó anécdotas de sus épocas en El Porve o en Banfield, además de recordarlo “como un nene” y que “una parte de su vida se fue con él”. Aplausos, lágrimas y sonrisas de emoción nos arrancó el goleador del 2001.

La maravillosa garrafa “Sánchez”, anaranjada, forjada en mayo del 74 (igual que José Luis) con el número de serie “10” que los realizadores encontraron en una fábrica de garrafas que sirvió para crear los separadores de las películas. Tomas en su barrio de la infancia, en la casa materna. Material de archivo (¡Con un Garrafa con pelo!) doméstico y de sus épocas en Lafe, y un maravilloso compendio de sus mejores jugadas, fueron la panzada de la gente que lo quiere y lo admira.

A título personal, debo dedicar el último párrafo de esta nota con el deber de mencionar que tengo el honor de ser parte de este equipo de producción, y que he compartido los últimos 9 meses de esta producción, y sin dudas, el mejor equipo que conformé. Un grupo de enfermos del Taladro y del trabajo bien hecho, como Cherco Smietniansky, Riky Spreafico, Javier Mercurio, Leandro Rey, César Canessa, Leandro Sabino y Osvaldo Fani (el hincha más famoso del Taladro) todos dirigidos por Sergio Mercurio, quien en una nota de hace casi dos años (que fue cuando nos conocimos) me adelantó que estaba haciendo la película de Garrafa: “está muy avanzada, flor de laburo, pero va a quedar bien” y agregó que “siento que Banfield es lo menos cultural que existe Si, claro que me gustaría (hacer algo en el club). Mejor dicho, yo ya hice algo en el club, de hecho el homenaje a Ardizzone se hizo en el club. Lo planee yo, me presenté yo, no fue casi nadie, te estoy diciendo muchos años atrás”.

Ahora pasó el tiempo y eso se invirtió.  Banfield se está convirtiendo en un lugar cultural, porque más allá de lo deportivo, si somos campeones de Primera o si nos vamos a la B, somos un club grande, y como tal, debemos cumplir un rol social, y nuestra cultura debe estar al frente. Y si esto está pasando, es por personas como Sergio, que con su arte y carisma empujan un barco que aunque parece imposible, llega a puerto colmado de felicidad.

Esa felicidad hoy se comparte con todos los hinchas de fulbo, en todos los amantes de Garrafa, El Garrafa, una perla del fulbo, una parte de nuestra cultura. Tal como José Luis llevaba amor en su corazón, y arte en sus pies.

 

Por Hernán Bañez.

Sitio oficial de la película www.elgarrafa.com