Florencio Sánchez fue un gran escritor, periodista y dramaturgo uruguayo que supo ser uno de los fundadores del teatro rioplatense.
Nació en Montevideo el 17 de enero de 1875 pero de chico paso a vivir junto con su familia a la ciudad de Minas, donde realizó sus estudios y donde fue dando sus primeros pasos como periodista, publicando obras para el periódico local.
En 1892 emprendió su viaje a la Argentina, viviendo por un breve tiempo en Rosario y luego, ni más ni menos que en nuestro querido Banfield, radicándose definitivamente, junto con Catalina Raventos, su señora esposa.
Florencio escribió en periódicos como La República, La Voz del Pueblo, El Siglo, La Razón, El Nacional, El País, La protesta, entre otros. En ellos siempre dejó asentado su vinculación con el anarquismo; de hecho fue el impulsor del diario “El Trabajo”, el cual sería el primer y uno de los pocos diarios anarquistas del Uruguay.
La penosa y sufrida vida durante su niñez, y su intenso trabajo desde muy joven afectaron muy gravemente su salud, tanto que contrajo la enfermedad de tuberculosis, la cual le ocasionaría severos problemas más adelante.
Escribió más de veinte obras de teatro, entre las más sobresalientes podemos nombrar “M’hijo el doctor” en 1903, con un rotundo éxito en los teatros tanto de Buenos Aires como de Montevideo; “Barranca de abajo” en 1905, esta última fue considerada una verdadera obra maestra.
También se destacaron algunos de sus “sainetes” como “Las cédulas de San Juan”, “El pasado”, “El desalojo”, “Nuestros hijos”, “Moneda falsa”, “Las curdas”, “Los derechos de salud” y “Un buen negocio”; que fuera su última obra en el año 1908.
Su obra “Canillita” de 1904 hablaba sobre la vida de un vendedor de diarios de la calle, tomó tanta trascendencia que poco tiempo después pasó a llamarse así a los jóvenes que realizaban ese trabajo.
En 1909 Florencio Sánchez viajó a Europa, más precisamente a Italia, como comisionado oficial de Claudio Williman quien era el Presidente de la República del Uruguay en ese entonces; para informar sobre la conveniencia o no que el gobierno uruguayo participara en una proyectada Exposición Artística en Roma, pero pasó más tiempo tratando de concretar presentaciones de sus obras en los teatros de España, Francia yla misma Italia.
Sin embargo todas sus expectativas se verían acaecidas debido al rápido avance enfermedad, hecho que provocó su salida desmesurada rumbo a Suiza para tratarse, pero las noticias de su enfermedad se hicieron eco en aquel país y debido a lo contagioso de su enfermedad le denegaron la estadía en hoteles y así también en los hospitales.
De esta manera Florencio volvió a Italia, donde fallecería el 7 de noviembre de 1910 en el Hospital de Caridad Fate Bene Fratelli de Milán a sus cortos 35 años de edad.
En homenaje a Florencio, en la fecha de su muerte se conmemora El día del Canillita, aquel vendedor de periódicos en la calle en el Río de la Plata.
De esta manera repasamos la historia de un gran hombre que supo transitar y convivir por las calles de nuestro Banfield. Para él simplemente, un abrazo banfileño.
Testamento de Florencio Sánchez
“Si yo muero, cosa difícil, dado mi amor a la vida, muero porque he resuelto morir. La única dificultad que no he sabido vencer en mi vida ha sido la de vivir. Por lo demás, si algo puede la voluntad de quien no ha podido tenerla, dispongo: primero, que no haya entierro; segundo, que no haya luto; tercero, que mi cadáver sea llevado sin ruido a la Asistencia Pública, y de allí a la Morgue. Sería para mí un honor único que un estudiante de medicina fundara su saber provechoso para la humanidad en la disección de cualquiera de mis músculos.”
Por Agustín Arámbulo