(Nota publicada en 2001 por La Nación) El teléfono parece no querer hacer silencio. Una tras otra se suceden las llamadas en Isidro Casanova, en la casa de José Luis Garrafa Sánchez, de 26 años, figura del recientemente ascendido Banfield.

Su cara es el mejor reflejo de la felicidad que él y su familia comparten por estas horas. “Esto es mágico. A pesar de que por la cabeza no pasaba ni por un segundo la idea de perder la chance del primer ascenso, tampoco me imaginé llegar a vivir algo así. Fue todo muy raro. Yo supuse que las finales iban a ser distintas, más parejas”, comentó Sánchez.

En el televisor del living no pasaba mucho tiempo sin que se reflejaran las escenas de la última final en la que Banfield, como visitante, le ganó por 4 a 2 a Quilmes. “Es gracioso, Bárbara (su hija de 1 año y un mes), cada vez que ve los goles por televisión no para de gritarlos y de festejar…”, comentó emocionado.

La carrera como futbolista de Sánchez comenzó en 1993 en Deportivo Laferrére, donde jugó por cuatro temporadas. “Aunque muchos no lo crean, yo empecé jugando de tres. Al tiempo pasé a jugar en el medio. Subía y bajaba todo el tiempo. Era increíble… Parece mentira, antes era una laucha , flaquito y rápido, una maquinita.”

Después llegó su paso por El Porvenir y el ascenso a la B Nacional con ese equipo. “Para mí en el Porve fue donde hice mis mejores partidos, pero claro, en ese tipo de equipos casi nadie te registra, no jugás por nada, no peleás por nada. No es como estar en Banfield, donde te guste o no tenés los ojos de la gente puestos en tus actuaciones y hagas lo que hagas te terminan conociendo”, reflexionó Sánchez.

Garrafa rápidamente hizo un repaso de su más reciente historia. “Después de dos años en El Porvenir, fui a jugar a Uruguay, en Bella Vista. Allí estuve 5 meses, pero no tuve ni buenas actuaciones ni continuidad. La verdad es que no rendí como esperaban. No podía acostumbrarme al tipo de fútbol de allá. Juegan con un solo punta y hasta diría que el nivel de los equipos chicos de primera es similar a la B o a la C nuestra.”

Cuando mira hacia atrás, todo parece una típica película de Hollywood. Tras estar inactivo por siete meses y ver los partidos por TV, hoy es uno de los principales responsables del ascenso del Taladro. “Todo me parece mentira. No lo puedo creer, cuando me vino a buscar Banfield yo hacía siete meses que estaba inactivo. Casi sin vinculación con el fútbol. Hoy estoy viviendo un sueño.”

Y concluyó: “Recuerdo que el año pasado estaba mirando el partido entre Banfield y Huracán y que mi viejo me decía que yo tenía que estar en la cancha, jugando para el Taladro. Y un año después entré en la historia de este club al conseguir el ascenso y justo con Quilmes. Sólo que mi viejo ahora ya no está conmigo… Por eso cuando terminó el partido no podía dejar de llorar, mi festejo no fue eufórico sino sentido… Se lo dediqué a él y a mi mujer y a mi hija”, comentó emocionado Garrafa Sánchez.

Pero los nervios continúan para el conductor del campeón de la B Nacional, porque el sábado próximo, Laferrére, el equipo de sus amores, se enfrentará por las semifinales con Excursionistas por el ascenso a la B Metropolitana. “Estoy esperando el fin de semana así voy a alentar a Lafe . Dios quiera que esta vez se nos dé.”

Cosas raras tiene Sánchez, porque la desfachatez que muestra en cada uno de sus caños y gambetas contrasta con la timidez que evidencia a la hora de festejar desde un gol hasta el ascenso a la primera división. Su toque de distinción.

“TENGO QUE APROVECHAR EL MOMENTO”

A pesar de haber sido la figura del ascenso de Banfield, José Luis Sánchez aún no tiene su futuro definido. “A mí todavía no me hablaron para definir mi continuidad en el plantel. Es que entre tanto festejo y festejo no hubo mucho tiempo. Pero igual el fútbol de hoy día es muy incierto. Si por algún motivo yo me voy de Banfield y el equipo gana tres o cuatro partidos seguidos, nadie se va a acordar de mí. Es así de simple.”

Sánchez, que quedó con el pase en su poder a fines del año último, llegó a préstamo al club del Sur a principios de esta temporada; su vínculo finalizará el 30 de junio próximo y la opción de compra es de 300 mil pesos.

“A mí me gustaría seguir en Banfield, pero sé que éste es el momento para poder hacer una diferencia económica. El fútbol hasta ahora sólo me permitió vivir bien, tengo que aprovechar el momento”, concluyó Sánchez. .

L. Murciego y D. Morini
De la Redacción de La Nación