El Gato Leeb, luego de irse de Banfield, pasó por el futbol paraguayo y ahora trabaja en el Interior del país, dirigiendo a Racing de Trelew, en Chubut. En ese equipo tiene como jugadores a varios chicos ex Banfield y afirma que sueña con volver a dirigir en Primera, aunque se le hayan caído varias chances de manera poco clara.\n
- ¿Por qué te fuiste de Guaraní de Paraguay?\n- Después de Banfield, tuve que exiliarme porque acá estaba fuera de circuito. La desvinculación de Guaraní fue de común acuerdo, había una cláusula por la que cualquiera de las partes podía rescindir unilateralmente el contrato y decidimos que lo mejor era terminar con el ciclo. Yo decidí apostar por los jóvenes, pero fue muy difícil. Tenés que ser servicial con los dirigentes, y yo defendí a los jugadores a los que tratan como un obrero. El gran problema fue ese, me cansé de defender al jugador.\n
- ¿Por qué no volviste a dirigir en Clubes importantes? \n- Después de irme de Paraguay tuve otras propuestas de Emelec, Barcelona de Ecuador, Tiro Federal, la CAI y Chacarita, pero siempre alguna excusa había. Con los dirigentes de Chacarita me senté a conversar varias veces, pero los dirigentes lo hacían por compromiso. Como el no ya estaba, yo iba. La gente me quería en el club, pero los dirigentes no, porque estoy fuera de circuito por mi salida de Banfield.\n
- ¿A qué o a quién se lo atribuís? \n- Lo que pasa es que la mayoría de los técnicos no pelean por lo suyo, pero a mí me enseñaron de otra manera. Los entrenadores renuncian porque así se aseguran otro club enseguida. Así, no terminas mal con nadie. A mi me tildaron de conflictivo, pero no lo soy. Tampoco soy una mala persona. El fútbol es chico y nos conocemos todos. En Banfield y Guaraní no fui un mal técnico. Me pasó que choqué con dirigentes que a lo largo del tiempo cambiaron los discursos. Si no puedo promover juveniles, y no se dan cuenta que para cumplir los objetivos se necesita un proceso, uno da un paso al costado. Yo quedé marginado por eso, por no ser servicial a los dirigentes. Yo soy servicial al Club nada más.\n
- ¿Qué pasó con el juicio que le iniciaste a Banfield?\n- Le inicie una demanda al presidente Carlos Portell y la gané. Cobré hasta donde trabajé, aunque él pretendía pagarme el 25% de los 22 meses de trabajo en el club. No le pedí el dinero por los dos años de contrato que quedaban, aunque el despido tenía causa injustificada. El argumentó que uno de los motivos era deshonrar a la comisión directiva. No tenía sustento. Pero yo analicé los daños económicos que le podría haber producido al Club, y decidí cobrar hasta donde trabaje como corresponde. Cobrar por el resto del contrato me parecía deshonesto.\n
- ¿Es cierto que Portell te dijo que no ibas a trabajar más? \n- Sí, Portell me dijo que la AFA es una corporación y que no hacía falta que él hable con Grondona para que yo no trabaje. Yo a Grondona no lo culpo, porque no tiene nada que ver. Es más, yo hablé con él y me dijo que no estaba enterado de muchas cosas. Portell usaba los nombres de Grondona y Duhalde para amenazarme, pero ellos no estaban ni enterados.\n
- ¿Volviste a hablar con él? \n- Sí, hasta el día que arreglé, le dije que le hice un favor, porque venían las Elecciones. Yo no quería perjudicar al Club, me parecía injusto. Él lo tomó como que perdió, pero en esto no se trata de ganar o perder, yo peleé por mi dignidad. Portell es muy rencoroso, ojalá cambie, porque no es la misma persona que conocí. Antes era Carlos para todo el mundo, ahora es Portell. ¿Entendés? Cambió mucho desde que tiene poder.\n
- Después de la pelea que protagonizaron en televisión parecía que las diferencias se habían solucionado, y a los 20 días te echaron. \n- El intentó manejar el asunto para simular que las cosas estaban bien. El tenía problemas de balance, porque no se lo aprobaron y quería tapar los problemas. La gente lo insultaba pero no era culpa mía.\n
- Apenas te fuiste de Banfield, ¿tuviste ofertas de otros equipos de Primera? \n- Sí, tuve de Belgrano y de Chicago, justo los dos se fueron al Descenso en esa Temporada. Yo digo hay un Dios, soy muy creyente, porque me tildaron de mala persona, de conflictivo y si encima tomaba un equipo que se iba al descenso hubiera sido peor. Después, como te decía, tuve propuestas pero no se dieron porque algo raro pasó, pero ya está. En Chacarita me dijeron que no porque pedía mucha plata, pero por lo mismo estoy en Racing de Trelew. No quiero pensar nada malo, pero pusieron esa excusa.\n
- ¿Cómo surgió la propuesta para dirigir a Racing de Trelew? \n- Tenía varias de otros clubes, pero justo había ido a Puerto Madryn a dar charlas de fútbol a beneficio y me contactaron desde Racing por lo que vieron mientras estuve en Banfield, les gustó como me manejé y me preguntaron si quería dirigir. Cuando les abrí las puertas se sorprendieron, pensaron que no iba a aceptar.\n
- ¿Cuáles son las expectativas? \n- Hay que tener paciencia, porque hay mucho trabajo para hacer, es un fútbol semiprofesional. Traje muchos jugadores que jugaron en la Primera de Banfield pero quedaron libres como Gabriel Longo, Sebastián Brown, Cristian Galeazzi y Miguel Gómez.\n
- ¿Qué es lo que fueron a buscar a Chubut? \n- A buscar revancha. Yo siento que vienen por uno también, porque no vienen por la plata. Es un desafío para todos, porque si es por la plata no viaja nadie. En lo personal, apuesto a poder demostrar lo que puedo hacer, aunque esté muy lejos de Buenos Aires.\n
- Tenés pensado quedarte los próximos tres años en Racing ¿Qué pasaría si surge otra propuesta? \n- Soy un tipo de palabra, tenemos acordado que si surge algo los dirigentes me dejarían ir.\n
- ¿Qué sentís cuando ves que a los jugadores que promoviste en Banfield? \n- Yo estoy muy feliz por ellos. Yo armé y preparé a un equipo de Reserva que fue Campeón. A mi me llena de orgullo. Los aciertos fueron muchos, y al Club le entro un dinero histórico. Más allá de que Portell no me valoró, la gente lo hizo.\n
- ¿Mantenés la ilusión de volver a dirigir en Primera? \n- Si, siempre. La ilusión de dirigir en Primera no me la va a quitar nadie. Por eso volví a empezar y se que me llegará en su momento. Mientras, yo trabajo con la misma pasión, las mismas ganas; quizá sin el mismo material, porque no hay tanta posibilidad para elegir, pero las ganas no las voy a perder nunca. No creo en el fracaso, si en el fracasado: el que no pelea y baja los brazos. No perder la fe y las ilusiones es palabra santa. No me arrepiento de haber peleado por lo mío y estoy pagando las consecuencias.