domingo, 11 de diciembre de 2011 - 13:49

¿Hacia donde vamos?

Luego de la derrota ente Belgrano en el Lencho Sola el hincha explotó y por primera vez en mucho tiempo cantó contra los jugadores y el presidente Portell. Uno puede soportar una y mil derrotas, pero lo que no puede aguantar es la liviandad con que algunos futbolistas encararon el partido, parecía un amistoso.

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Es evidente que algo no está funcionando bien. A modo de ejemplo podemos tomar la actitud de Jonathan Gómez quien se hace expulsar infantilmente dejando al equipo con uno menos, aunque a esa altura si tuviésemos 3 mas era lo mismo, Banfield no existió.

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Con incorporaciones que no estuvieron a la altura de las expectativas, con jugadores que cayeron en su nivel individual de un modo alarmante, con cambio de posiciones constantes de jugadores y con declaraciones por lo bajo mostrando fastidio de los jugadores para con el cuerpo técnico, con todo estos condimentos se gestó un cóctel explosivo.

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Este plantel ya se deglutió al Gallego Méndez, ahora se está deglutiendo a otro técnico, que no es el Gallego sino todo lo contrario en formas de trabajar, de manejarse y de relacionarse con los jugadores. Pero la realidad es que no hay una comunión entre el plantel y La Volpe. Y esto queda expuesto de ambas partes.

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¿Se puede recomponer esta relación? ¿Dos refuerzos pueden darle a éste Banfield la solución a todos sus problemas? Seguramente después del partido frente al sabalero vendrá el tiempo de balances y decisiones, pero está claro que para salir de esta situación hace falta tomar una decisión de fondo y no esconder la mugre debajo de la alfombra por que sino, en la 5 fecha del torneo que viene vamos a estar hablando nuevamente de lo mismo, pero ya sin pretemporada ni refuerzos por venir.

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Una campaña de 11 puntos no es digna de un equipo que hace 10 temporadas está en Primera División, ni un recién ascendido tiene estos resultados. Banfield no tiene menos plantel que un Belgrano, Argentinos o Rafaela, por sólo mencionar tres. Pero ellos son un equipo, Banfield no, luego del triunfo ante Independiente, Banfield desapareció como equipo, perdió el rumbo. Es hora de volver a enderezar el barco o se va a transformar en el Titanic.