Cuando
Renato Civelli volvió al club, su contrato fue arreglado, en común acuerdo
entre él y los dirigentes, por un montó importante. Ambas partes creían justa
la negociación y así fue como el caudillo surgido de la cantera del club, se
comprometió con el club de sus amores. Tal como le pasó a Walter Erviti y Darío
Cvitanich, los dirigentes de Banfield nunca se hicieron cargo del salario
completo del jugador y la deuda comenzó a crecer; tanto, que se hizo impagable.
Hoy por hoy Renato Civelli está a un paso de retirarse, pero exige lo que está
firmado y lo que él cree justo. La dirigencia trató de bajarle el salario en
varias oportunidades, sin encontrar respuesta positiva del lado del jugador. El
fútbol también es por dinero y Civelli lo hizo valer. La relación entre el
protagonista y algunos dirigentes de peso, se fue desgastando con el correr de
los meses. Cansado de incumplimientos, el marcador central prefirió dar un paso
al costado. Sonó raro cuando Julio Falcioni, de un día para el otro y sin
mayores argumentos, lo relegó al banco de suplentes, dándole la chance a
Luciano Lollo, quien no ha tenido en Banfield buenos rendimientos, sólo el
partido ante Independiente en Avellaneda. No había motivos para dejar en el
banco a Civelli y darle la chance a Lollo. Pero Falcioni, posiblemente en
complicidad con la dirigencia, optaron por esa opción. Sin dar el brazo a
torcer, Civelli mantuvo su postura, la cual no tuvo un final feliz para nadie.
El hincha escuchará varias versiones, algunas reales y otras falsas, lo cierto
es que nuevamente otro referente surgido de la cantera del club, se va por la
puerta de atrás. ¿Quién será el próximo?, ¿Jesús Dátolo?, ¿Nicolás Bertolo?,
con ellos también Banfield tiene una deuda importante.