A partir del empate en casa 3 a 3 contra Unión, luego de ir
perdiendo 3 a 1 y sobre todo, con la gran victoria en el clásico ante Lanús,
todo volvió a ser como Falcioni se lo imaginó siempre. Un equipo compacto,
trabajado, armado de atrás hacia adelante y bien plantado de visitante. Banfield
se reencontró con la identidad perdida en los últimos años. La victoria ante
Vélez, el empate con Gimnasia, también de local y los tres puntos de hoy ante
Independiente, le dan el broche de oro a un año que con Crespo sentado en el
banco, pintaba para el olvido. Entendió todo el Emperador a la hora de plantear
el partido en Avellaneda ante Rojo. Supo aguantarlo en los primeros 20, tuvo
las situaciones más claras y lo terminó ganado al antiguo estilo Falcioni, de
pelota parada. Contó con rendimientos altos en lo individual que repercutieron
en lo colectivo. Mauricio Arboleda estuvo sólido de principio a fin, lo mismo
con los centrales Maldonado y Lollo, quien jugó su mejor partido desde que
llegó a Banfield y no sólo por el gol, sin por varios cierres oportunos. Los
laterales pasaron con criterio y supieron cerrar su sector y en el medio, por
más que costó tener la pelota, Banfield estuvo combativo e inteligente para
cerrarse bien. Arriba, Lenis y Urzi, ganaron en igual medida a lo que
perdieron, pero aportaron mucho en la faz defensiva. Lo mismo que Carranza,
quien corrió más de lo que jugó, pero se sacrificó para el equipo.
De ésta manera el Taladro le termina sacando 4 puntos a
Colón, último que se estaría salvando del descenso en éste inicio de la fecha
16 de la Superliga. Debajo están Aldosivi, quien justamente viene de ganarle al
Sabalero, Patronato y el casi condenado, Gimnasia de La Plata.