martes, 06 de agosto de 2019 - 23:00

La Tribuna de Atrás del Arco

Por Rodolfo Morel

Siempre se vuelve al primera amor, canta el inoxidable Carlitos en un tango de su autoría.

Las nieves del tiempo platearon mi sien pero siempre me acuerdo de aquellos días cuando empecé a transitar sobre esos escalones gigantes de la llamada "tribuna de atrás del arco" o Campeón Moral. La mano firme de mi viejo me ayudó muchas veces a subir hacia lo más alto. Ahí empecé a respirar en verde y blanco.

Era un ritual maravilloso ver los partidos desde ahí, al igual que tomar el 239 en la esquina de mi casa, bajar en Arenales y Chacabuco y caminar lentamente hasta Peña. El humo de las parillas, el vendedor de maníes y la gente esperando el inicio del partido en el Bar La Cancha, embellecían el paisaje de aquel niño de 5 o 6 años que estaba incursionando en un mundo nuevo.

Antes de subir a la tribuna escuchábamos el ruido de los tapones golpeando sobre la canchita de entrenamiento que estaba detrás de la platea y después saludaba a la gente del barrio que se sentaba al lado mío.

Tengo miedo del encuentro, con el pasado que vuelve…

Frente al Estudiantes de Milito, allí estaba de nuevo, esta vez me tocaba llevar a mi hijo por primera vez a ese lugar que había quedado grabado en mi corazón. Hace rato que es “La Fani”, como homenaje a ese gran dirigente que fue Don Osvaldo. Siguen estando esas enormes torres donde soñaban por las noches las promesas de otras épocas, pero los escalones ya no me parecían tan grandes.

Sentir que es un soplo la vida… La decepción del penal errado y la alegría del posterior convertido fueron solo algunas  emociones de esa tarde de sol. Miré para arriba y me pareció sentir que el viejo me guiñaba un ojo mientras apretaba los puños gritando el gol de Bertolo.

 


Volver

Yo adivino el parpadeo

De las luces que a lo lejos

Van marcando mi retorno

Son las mismas que alumbraron

Con sus pálidos reflejos

Hondas horas de dolor

 

Y aunque no quise el regreso

Siempre se vuelve al primer amor

La vieja calle donde el eco dijo

Tuya es su vida, tuyo es su querer

Bajo el burlón mirar de las estrellas

Que con indiferencia hoy me ven volver

 

Volver con la frente marchita

Las nieves del tiempo platearon mi sien

Sentir que es un soplo la vida

Que veinte años no es nada

Que febril la mirada, errante en las sombras

Te busca y te nombra

Vivir con el alma aferrada

A un dulce recuerdo

Que lloro otra vez

 

Tengo miedo del encuentro

Con el pasado que vuelve

A enfrentarse con mi vida

Tengo miedo de las noches

Que pobladas de recuerdos

Encadenan mi soñar

 

Pero el viajero que huye

Tarde o temprano detiene su andar

Y aunque el olvido, que todo destruye

Haya matado mi vieja ilusión

Guardo escondida una esperanza humilde

Que es toda la fortuna de mi corazón

 

Volver con la frente marchita

Las nieves del tiempo platearon mi sien

Sentir que es un soplo la vida

Que veinte años no es nada

Que febril la mirada, errante en las sombras

Te busca y te nombra

Vivir con el alma aferrada

A un dulce recuerdo

Que lloro otra vez

 

Compositores: Carlos Gardel/Alfredo Le Pera