No sólo lo que genera Darío dentro del campo desde lo futbolístico, sino también lo que contagia. Hoy Banfield no tuvo ese peso ofensivo que se necesita para sacar el partido adelante. Careció de personalidad en un sector del campo que es clave para poder ganar los encuentros. Michael López tiene un gran futuro, pero todavía está verde. Tiene que jugar, sumar minutos, sumar experiencia y demostrar dentro del campo que puede jugar en el fútbol grande, pero atrás está el gran capitán y quizás sea demasiada presión para el pibe. Sin Darío en cancha, las cosas no funcionan igual. Él contagia, habla, grita, corre, aguanta la pelota, y hace goles, algo que en el fútbol es determinante. Ya casi recuperado del desgarro, el cuerpo técnico hará lo imposible para que pueda estar la próxima semana ante San Martín en San Juan. Restan 10 días para éste juego, ya que el Taladro cerrará la undécima fecha de la Superliga.