Por Guido Cichello. El hincha dijo presente en el clásico jugando un papel determinante, desde el comienzo hasta el final del partido en donde se hicieron sentir respaldando en todo momento al plantel y alentándolo al triunfo. La cancha estuvo llena y fue una verdadera fiesta del Taladro.

Los clásicos muchas veces se ganan con actitud dentro del campo, pero también fuera. Y la hinchada cumplió su parte, alentó siempre, alentó a sus jugadores, los recibió como una verdadera fiesta y los despidió cantando y agradeciéndoles el triunfo y la victoria. Fue una tarde redonda en el Lencho, ahora el equipo busca meterse en la Copa Libertadores y sueña con los primeros puestos de la tabla de posiciones. En la fecha de clásicos, en donde muchos dejarán puntos en el camino, Banfield volvió a pisar fuerte, a sumar de a tres y a seguir escalando en la tabla de posiciones. Merecido el triunfo para un equipo que se terminó armando de atrás hacia adelante, que encontró en Civelli el caudillo que le faltaba y en Cvitanich el gran goleador. La fiesta fue completa y todo se fueron cantando de felicidad y alegría.