Por Guido Cichello.
Si bien el equipo tuvo un par de situaciones netas de gol, no fueron suficientes para alcanzar el empate, que un momento, pudo haber sido justo ante un Lanús ordenado, prolijo, paciente y que sabe muy bien a lo que juega. Las expulsiones de Silva y Pérez terminaron tirando por la borda todo el esfuerzo físico de Banfield.Nadie puede negar las diferencias entre un equipo y otro, pero así todo, Banfield tuvo un par de jugadas netas de gol, una con Silva debajo del arco, otra con el Tanque que sacaron en la línea y también Soto sacó un remate que se fue desviado. No mucho más que eso, ante un Lanús que supo esperar, golpear en los momentos justos, y luego aguantar el partido con tenencia del balón, sin desesperarse y trasladándole la responsabilidad al Taladro. Algunos se lamentan el parado táctico de Falcioni que salió a respetar demasiado a un Lanús, que en los clásicos, siempre baja su rendimiento siendo Banfield quien potencia el propio. Un solo delantero para jugar este tipo de partidos terminó siendo demasiado poco, y el esfuerzo físico de Silva y Erviti para recuperar la pelota evidenció la impotencia de Banfield ofensiva. El primer tiempo fue parejo, Lanús tampoco se animaba a más y se prestaban la pelota. Un par de contragolpes de la visita pudieron haberle dado la ventaja al Granate, pero no mucho más que eso. Banfield no generaba peligro pero intentaba con Thomás Rodríguez por la derecha y con Erviti movedizo por el centro. El gol de Pablo Mouche promediando la primera mitad, tras error de Soto, le daba la ventaja sorpresiva a Lanús. Y de ese modo se fueron al descanso. Ya en el segundo tiempo, los cambios le dieron otro aire al Taladro, Brian Sarmiento y Claudio Villagra le dieron mayor movilidad y comenzaron a generar peligro. Silva tuvo dos muy claras y luego Soto, también pudo empatarlo. Pero en una de las últimas y con dos jugadores más en cancha por las expulsiones del Tanque y de Claudio Pérez, los de Jorge Almirón definieron el partido con un centro atrás que empujó a la red José Sand. Fue 2 a 0, el hincha se fue masticando la bronca lógica por perder un clásico tras haber alentado todo el partido y llenado la cancha. En un par de semanas habrá revancha, allí Falcioni tendrá que entender que Banfield no debe temerle a Lanús, que tiene que salir a ganar y no especular. Es un clásico y el Taladro, en su historia, siempre tuvo más sonrisas que tristezas.