Pese a que el equipo masculino tuvo una buena actuación en el segundo semestre del 2015, lo cierto es que en el primero no fue así, sino todo lo contrario, y perdió la categoría por lo que la temporada 2016 la disputará en la Segunda División, algo que no ocurría desde hace varios años.

Si bien Banfield venció el viernes 7-5 a Pinocho, el histórico resultado ayudó de poco ya que Estrella de Boedo derrotó el domingo 4-3, lo que significó su permanencia y el descenso del Taladro (que se sumó a El Porvenir y Arsenal de Sarandí).

Al momento de analizar lo que fue la campaña de Banfield no se puede dejar de poner el ojo en lo que la Comisión Directiva actual, encabezada por Eduardo Spinosa, hizo por el Futsal: básicamente, nada. Por la inoperancia o ignorancia de estos directivos a la hora de pensar en los deportes amateur, sobre todo en el Futsal que fueron muchos los jugadores que se fueron del club por no tener el apoyo que, al menos, necesitaban por parte de los encargados de tomar decisiones en la institución.

De esta forma, las ganas, el empeño, el esfuerzo y la profesionalidad de los dirigidos por Ezequiel Gazzo no alcanzaron para que Banfield mantenga su plaza en la Primera División y ahora deberán buscar el regreso a la máxima categoría en el 2016.

El combinado albiverde, luego de 17 presencias, acumuló 26 unidades obtenidas de siete alegrías, cinco empates e igual cantidad de caídas. Por el lado de los promedios terminó en la antepenúltima colocación (1,078) por encima de Arsenal y El Porvenir, equipos que sellaron su descenso fechas atrás.

El torneo Apertura 2015 fue el gran puntapié para este desenlace, ya que el equipo se ubicó en la parte baja de la tabla y agravó su situación con los promedios. Además, en el medio hubo cambio de cuerpo técnico (salió Diego Ortega y llegó Gazzo).

Ahora llegó el momento de barajar de nuevo, de descansar y, a la vez, hacer una autocrítica desde los dirigentes para saber qué es lo que quieren hacer con el Futsal, ya que los jugadores demostraron en la cancha dar todo para alcanzar un objetivo, que lamentablemente, no se dio.