Por Guido Cichello. El equipo de Matías Almeyda venció a Crucero de Norte equipo que con muchas limitaciones llegó hasta Banfield con el único objetivo de no perder, y por errores propios terminó cayendo claramente ante el Taladro por 2 a 0. En ambos goles el defensor norteño, Manzanares, colaboró para que Banfield se ponga en ventaja y luego defina el partido. Los goles fueron de Noir y Chávez.

La noche fría en el sur del Gran Buenos Aires no coloraba en nada para acercarse a Peña y Arenales para ver la presentación, de local, del equipo de Matías Almeyda. Sin embargo la promesa de observar algunos minutos a Bertolo y Salcedo, sedujo a más de un simpatizante. Y justamente con el ingreso de éstos en el complemento, se vió la mejor versión del equipo. En la primera parte, sólo una jugada de Terzaghi pudo haber terminado en el gol de Banfield. Sin embargo el delantero increíblemente se perdió un gol casi hecho cuando concluía la primera mitad. Pocas diferencias se notaron entre un Crucero que casi ni cruzaba la mitad de cancha y de un Banfield que tímidamente intentó llevar peligro al arco de Caffa. Los primeros 45 minutos se fueron con la sensación de que nuevamente Banfield no se anima a apretar el acelerador e ir con decisión a buscar los partidos. Ya en el complemento la cosa cambió, más que nada porque Banfield aprovechó la velocidad de Noir, el despliegue de Domingo y la potencia de Chávez quien volcado por la izquierda mostró su mejor versión. Los ingresos de Bertolo y Salcedo le dieron más identidad y confianza al equipo. Sin dudas que serán ellos los encargados de cambiarle la cara a este Banfield que aún está muy lejos del nivel que debe mostrar para sentirse candidato al título. Tiene cartas suficientes para soñar con el objetivo, faltan ensamblar las piezas y sin dudas que sumando de a tres podrá trabajar en la semana para conseguir lo que Almeyda aún no ha logrado como conjunto.