lunes, 13 de mayo de 2013 - 06:03

Vicepresidente patota

tuckerYa lo extrañábamos. El vicepresidente de Banfield Oscar Tucker volvió a hacer de las suyas y a bravuconear por medio de su cuenta de Twitter. Una vez más deja en evidencia su odio personal contra el director de Soy de Banfield y ex secretario del club, Martín Viñuales. En una serie de twits de los últimos días, dijo que Viñuales debía acercarse a hacer preguntas sobre el fideicomiso a la charla del lunes en el Lencho o asistir a la asamblea, acusándolo de hacer "autonotas" y atacando a la Agrupación El Taladro por poner en duda el balance y sus intenciones de lograr consenso para un fideicomiso. Su odio viceral se pone en evidencia cuando acusa al ex secretario de "traidor", expresión que también usó Spinosa hace algunos meses en el programa "Supertaladro".

Tucker omite que fueron ellos cuando aun eran oposición, quienes instalaron en Banfield un clima de violencia inusitada en la historia, desde su página oficial con mentiras  y declaraciones falsas sin citar nunca una fuente o presentar audios.

Fue el actual vocal oficialista, Sebastián Mateo, quién aprovechó los reclamos de socios para agredir a dirigentes en mayo pasado, y  ese odio engendrado por ellos es el mismo que generó los incidentes en platea cuando varios integrantes de la actual CD se tomaron a golpes con quienes los criticaban y muchos otros casos de censura y ataque a los medios que no piensan como ellos.  Sería bueno que si Tucker quiere invitar a Viñuales a volver al club para informarse o dar explicaciones, lo haga por teléfono y no con cobardes chicanas públicas vía redes sociales.

También le informamos que por decisión editorial, ninguna nota va firmada en Soy de Banfield a excepción de nuestro periodista dedicado a la primera división, y que por tal motivo el director del sitio se responsabiliza, como debe ser, por el contenido editorial aun cuando los colaboradores están mencionados en nuestro staff. Algo que Spinosa y Tucker deberían haber imitado en su momento en su sitio, Solo Banfield.

Las mentiras tienen patas cortas y algún día los hinchas sabrán quien miente de verdad.