lunes, 21 de mayo de 2001 - 01:29

Garrafa, la figura del campeón

¿Che, dónde está Garrafa? ¿No lo viste? ¿Ya se fue? Las preguntas podrían ser de los defensores de Quilmes. Pero no. Eran de los periodistas que invadieron el vestuario ganador de Banfield. Claro, al festejo loco justo le faltaba el tipo más loco, la gran figura de este equipo. Hasta que su amigo Forestello informó: "Creo que está en el control antidoping". Una hora después del final del partido, José Luis Sánchez cumplió con el rito de orinar en un recipiente. No sin antes bajarse ¡cinco! latitas de cerveza. "¿Te digo la verdad? Tengo un mareo... nunca tomo alcohol así que imaginate como estoy", le contó a Olé. En realidad, más mareados habrán terminado los defensores de Quilmes, quienes perdieron casi siempre ante un Garrafa explosivo.\n\nDale gas. Físicamente no vuela. Mentalmente, vuela. Así saca una gran ventaja cada vez que tiene la pelota. No practicó bien en la semana por una gripe, por lo que su bajón físico fue evidente. Pero qué importa. Si cada vez que la agarra, la cancha parece transformarse en aquel potrero de la villa La Jabonera de La Tablada, donde alimentó su sueño de jugar al fútbol como profesional. Y aunque su pelada se empecine en demostrar lo contrario, recién tiene 26 años. Como para soñar con el fútbol grande y con lo que le cantan sus hinchas: "Borombombom, borombombom, para Garrafa, la Selección". "Sería lindo, ¿no? Pero la Selección tiene muy buenos jugadores y yo ahora quiero disfrutar de este ascenso, que es lo más importante que me pasó en mi carrera", respondió el volante.\n\nAl buscar los motivos de este logro, el diez de Banfield aseguró: "Este plantel tuvo hambre de gloria. Acá hay muchos jugadores que estuvieron en la Primera B, en la C y todos quieren triunfar. Le quiero dedicar el título a mi viejo (NdeR: su papá Francisco falleció a mediados del 2000) y también a Cachín Blanco, quien armó la base de este equipo".\n\nEn el medio de su nariz tenía un corte producto de algún choque en la cancha. ¿Qué pasó? Garrafa apeló a un viejo código futbolero: "No sé. Además, las cosas que pasan en el campo de juego, mueren ahí". Lo cierto es que le pegaron mucho. En total recibió nueve infracciones, algunas muy fuertes como la de Schiavi, quien se ganó la amarilla. "Por ahí hubo muchos que me criticaron por mi forma de jugar. Decían que sobraba a los rivales. Pero eso no es verdad", aclaró.